Un Sörloth imperial asusta al Madrid antes de la final de Champions League
Guerra avisada no mata soldado. Y el Madrid se ha dado cuenta que los detalles marcan los partidos. Ni qué decir en una final. Por ello, ante el Villarreal Ancelotti ha quedado más que advertido. No es Füllkrug, pero puede serlo. Sörloth hizo lo que quiso ante la zaga defensiva blanca y terminó firmando un póker de ensueño. Un 4-4 en La Cerámica que permite a los merengues a ver con otros ojos al rival del próximo 1 de junio en Wembley, el Dortmund.
El campeón, repleto de suplentes, tenía el partido en el bolsillo en el descanso, al que se retiró con una cómoda ventaja tras una primera parte plena de efectividad en la que destacó el acierto de Güler, pero se vio sorprendido por la salida en tromba del equipo local y por la enorme pegada del atacante noruego, que anotó tres tantos en 11 minutos. De inicio, el Villarreal, mucho más exigido, buscó decantar el partido de salida con Sörloth como referente de todo su juego de ataque. El noruego estuvo a punto de inaugurar el marcador a los cinco minutos, pero su latigazo desde la frontal del área se estrelló en el palo tras rozar el balón con la punta de los dedos Lunin.
El Madrid apeló a la paciencia y el toque para bajar las revoluciones y marcar, bajo la batuta de Modric, el ritmo que más le convenía. Bastó un par de conexiones entre sus jugadores más creativos para que el primer gol llegara sin apenas esfuerzo. Brahim se filtró entre líneas y asistió a Güler, que tras un gran control en el interior del área batió a Jorgensen con un disparo cruzado. El Villarreal, siempre con Sörloth como faro, intentó equilibrar el partido a base de intensidad y entusiasmo. Mosquera, tras un saque de esquina, estuvo cerca de igualar, pero el Madrid, casi sin querer, volvió a golpear a la media hora en su segunda llegada peligrosa.
Un centro de Lucas Vázquez, amo y señor del carril, fue rematado por Joselu de cabeza a la red ante la pasividad, de nuevo, de la improvisada defensa local. El partido parecía resuelto, pero un exceso de confianza de Ceballos en el área permitió a Mosquera asistir a Sörloth, que con un gran tanto de cabeza pareció darle algo de emoción al partido. El campeón ni se inmutó y tejió en los últimos minutos de la primera parte dos nuevas acciones ofensivas que Lucas Vázquez y Güler, aprovechando su dinamismo y libertad de movimientos, transformaron en gol con una facilidad pasmosa para desesperación de la afición local.
Marcelino intentó reconstruir su equipo tras el descanso con un triple cambio. Albiol, Traoré y Coquelin aportaron músculo y experiencia y el equipo castellonense lo agradeció con un nuevo gol de Sörloth, que envió a la red de cabeza un pase de Gerard Moreno. El gol animó al Villarreal, que se lanzó a una ofensiva total liderado por su ariete noruego. Sörloth, en estado de gracia, demostró su poderío físico cinco minutos después al volver a batir a Lunin, ahora con el pie tras un balón a la espalda de la defensa. El Madrid, de forma sorprendente, perdió el control del juego y el balón y permitió al Villarreal correr y creer en una remontada que rozó Sörloth con un remate de cabeza que salió fuera.
En plena estampida amarilla, el noruego, ganador de todos los duelos con Rüdiger y Militao, volvió a marcar con un disparo cruzado tras una brillante jugada colectiva del Villarreal. Ancelotti decidió intervenir en el partido con la entrada de Nacho y Camavinga y el Madrid volvió a estabilizar el partido para llevarlo a su terreno. Güler, con un disparo de rosca ajustado al ángulo, estuvo cerca de devolver la ventaja a su equipo.
Los dos equipos, refrescados por los cambios, se tomaron un respiro, pero fue el Madrid, por medio de Rodrygo, el que estuvo más cerca del gol tras una gran acción individual. La respuesta, cómo no, la dio Sörloth, que se quedó a un centímetro de conectar un cabezazo a escasos de la línea de gol cuando Lunin estaba batido. También la última fue del Villarreal, ya en el descuento, con un disparo de Traoré que despejó junto al palo el portero ucraniano. El Villarreal, mucho más cansado, no dejó de buscar el gol que le permitiera seguir soñando con Europa hasta el final, pero el Madrid resistió para sumar una jornada más a su racha de partidos sin perder