La selección de Argentina sufrió en gran parte de su compromiso ante Panamá. La selección centroamericana se estaba presentando como un dolor de cabeza para la actual campeona del mundo, que no lograba vencer la meta de José Guerra. Fue hasta los minutos finales que la magia de Lionel Messi surtió efecto, y de la mano del astro argentino la albiceleste terminó firmando la victoria por 2-0, misma con la que arrancó la fiesta en el Monumental de Buenos Aires.
Como era de esperarse, la selección local dominó las acciones de los primeros minutos del partido, sin embargo el conjunto canalero logró contener de buena forma los acercamientos de los campeones mundiales.
Paradójicamente, la primera acción de peligro de la albiceleste llegaría por medio de un tiro libre concedido por la zaga centroamericana. Kevin Galván y José Murillo derribaron a Messi y le provocaron un ligero corte en la rodilla derecha. Eso no detuvo al astro argentino, quien en la ejecución de tiro libre estrelló su disparo en el poste izquierdo de la meta de José Guerra, ahogando el grito de gol de los aficionados.
La siguiente aparecería hasta el 23’, cuando un pase filtrado al área se quedaría cerca de ser rematado por Alexis Mac Allister cerca del punto penal. Guerra haría perfecto su recorrido y evitaría el remate. Finalmente, minutos antes de la llegada de medio tiempo, el meta canalero realizaría excelsa atajada, lanzándose a su lado derecho, para desviar el cañonazo de larga distancia de Enzo Fernández.
El guion del partido no cambió en los minutos iniciales del complemento. Argentina volvió a tener a su favor par de disparos de tiro libre, mismos que fueron ejecutados por Messi, y mismos que, de nueva cuenta fueron contenidos por Guerra, quien sin duda se volvía factor determinante para el resultado. De hecho, el meta panameño desvió un disparo raso, con etiqueta de gol, de Ángel Di María, minutos después.
Con el paso de los minutos Lionel Scaloni le dio el ingreso a Marcos Acuña, Paulo Dybala y Lautaro Martínez, entre otros, en busca de poder romper el cero en el marcador, sin embargo el cerrojo seguía sin abrirse. Un pase de Messi para Acuña terminó en un remate desviado del elemento del Sevilla ante la meta de Guerra. Minutos más tarde, un balón rebotado en jugada con Dybala terminó con un cabezazo de ‘La Pulga’, que se fue por encima de la meta rival.
No fue sino hasta el minuto 33 que por fin, el asedio argentino terminó rindiendo frutos. Un nuevo tiro libre de Messi, de nueva cuenta estrellado en el marco de Guerra, ahora fue bajado de pecho por parte de Leandro Paredes. El jugador de la Juventus de Turín no pudo rematar a portería, pero quien sí lo haría sería Thiago Almada, quien con remate de derecha terminaría por vencer la meta rival.
A partir de entonces, la fiesta argentina no se hizo esperar. Los panameños vieron que sus esfuerzos por mantener el cero no surtieron efecto, y terminaron por bajar los brazos. Fue el momento perfecto para confirmar a Messi como el mejor elemento del partido. El capitán volvió a tomar el balón en sus manos, y con nuevo tiro libre, ahora al ángulo izquierdo de Guerra, terminó por finiquitar el resultado.
Llegó el silbatazo final, y el rendimiento del selectivo en los primeros minutos quedó en el olvido. Los aficionados desbordaron euforia y festejaron la presencia de sus campeones del mundo en el terreno de juego. El Monumental revivió lo sucedido el pasado 18 de diciembre en Lusail, y Messi volvió a tener en sus manos la Copa del Mundo, gesta que ahora disfrutó con los suyos.