Patadas voladoras, golpes, jalones, de todo. Este nuevo incidente de violencia dentro del fútbol se vivió en Brasil, luego del duelo entre el Inter de Porto Alegre y el Caixas, conjunto de la cuarta división del país amazónico.
La razón de la intensa gresca fue la eliminación en tanda de penaltis del equipo campeón del mundo en 2006 a manos del modesto Caixas, situación que encendió los ánimos en el Estadio Beira Rio.
Tras concretarse el gol de la eliminación, todo se descontroló. Los aficionados locales comenzaron a invadir el terreno de juego, al grado de que la seguridad del inmueble parecía, en varios momentos, totalmente rebasada.
Incluso, uno de los invasores accedió al terreno de juego con una pequeña niña en sus brazos. Los policías lo aislaron para que se mantuviera alejado del núcleo de la pelea.
Al momento, no se han dado a conocer las sanciones para el equipo y para el inmueble.