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Kenny Tete vivió una de las noches más extrañas en su carrera como futbolista profesional, al ser el protagonista de un acto muy curioso, al rompérsele uno de sus zapatos, tener que salir corriendo hasta el vestidor por el repuesto, regresar y encontrarse con que ya los empataron, para después vestirse de héroe, al marcar el gol definitivo con el que Fulham derrotó al Tottenham en la Copa de la Liga.
A los 54 minutos, el compañero de Raúl Jiménez se quedó sin uno de sus zapatos, por lo que tuvo que salir corriendo hacia el vestidor para ir por uno nuevo, pues no hubo quién lo auxiliara o le diera uno de sus calzados.
En su ausencia, los Spurs encontraron el 1-1, justo con un centro desde la banda izquierda, esa misma que dejó descubierta el lateral del Fulham. Este gol, mandó el partido a los penaltis, en los que el destino le tenía preparada una sorpresa más a Tete, quien fue el encargado de ejecutar el disparo decisivo, con el que su equipo consiguió el boleto a la siguiente fase.