Crystal Palace y Manchester United, de milagro, firman un empate sin goles

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Para cerrar la jornada sabatina de la Premier League, tras una lluvia de goles en cada partido, fue el turno para Crystal Palace y Manchester United en el Selhurst Park de Londres. Ambos no han tenido el inicio idóneo de campaña, pues aunque el Palace cerró bien la temporada pasada, aún no conocía la victoria después de cuatro exámenes; para el United, ni se diga, pese a que se lavó la cara e hiló dos goleadas en todas las competiciones.

La misión era de victoria, en especial para un Manchester United que puso lo mejor en el terreno de juego y tuvo las oportunidades más claras de festejar. Eso sí, la prenda de garantía para los locales fue Dean Henderson, exgolero de los ‘Red Devils’, quien emprendió vuelo hace algunas temporadas a lo largo de Inglaterra para tener más continuidad y, ahora, fue uno de los puntos más altos e hizo honores a la “ley del ex”.

Desde el primer minuto, el United se volcó sobre los predios rivales y buscó por todas las maneras adelantarse en el resultado. Henderson le atajó balones a casi todos en el frente de ataque, en especial a Alejandro Garnacho, quien protagonizó al menos tres opciones claras pero el arco parecía cerrado. Y cuando no era Henderson, el palo más largo decía que no, y clara evidencia de ello fue una doble ocasión de Garnacho y Bruno Fernandes, en la misma jugada, cuyos intentos pegaron en el travesaño.

Tuvieron que pasar 43 minutos para la primera ocasión del Palace, a través de Eberechi Eze, perfilado en el área tras un pase al medio, pero que sin embargo, su remate fue suave y directo a la posición del arquero André Onana. En el segundo tiempo, el Palace mejoró ligeramente con algunas modificaciones, en especial por el ingreso de Ismaila Sarr y Jefferson Lerma.

Las llegadas no se detenían. Bruno Fernandes tuvo un remate desviado a centímetros del palo derecho a los 52 minutos, seguido de otra al rato de Garnacho que tapó Henderson y, hasta en otro lado, Onana evitó el primer tanto de la localía con una doble atajada espectacular, ahogando los festejos de Eddie Nketiah y el propio Sarr. Eze se lo había perdido otra vez a los 72, con un tiro ancho y casi rozando el poste izquierdo del arco foráneo.

Era insólito que el juego terminara sin goles. Los dirigidos por Erik ten Hag se fueron apagando, tal vez por la fatiga y desgaste, mientras que Crystal Palace crecía a medida de que transcurrieran los minutos. A fin de cuentas, el tiempo se acabó y ambas escuadras se tuvieron que conformar con un punto que sabe a poco.

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