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Los octavos de final de la Carabao Cup pusieron en frente al Bournemouth y al Liverpool. Un choque interesante estaba por verse, con el conjunto de Anfield como claro favorito para avanzar de ronda. Sorpresa causó la camiseta verde y blanca de los Reds, totalmente desligada de su identidad y servil al mercadeo sin mucho sentido.
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El partido fue parejo en el arranque y con muy pocas llegadas, pero siempre manteniendo la intensidad en la disputa de la pelota. Mohamed Salah tuvo la primera clara en un mano a mano, pero desvió la mira. Situación similar vivió Ryan Christie para las Cerezas, definiendo mal en frente del arco.
Andrei Radu pintaba para figura, luego de detener lo que era un gol cantado de Harvey Elliott con una atajada que hizo levantar las gradas del Vitality Stadium para un correspondiente aplauso. Sin embargo, Cody Gakpo quebró la resistencia luego de un tiro de esquina, cazando en el área chica el rebote que el portero local dejó servido al minuto 31. El Liverpool se fue ganando al descanso.
El Bournemouth regresó al campo empeñado en empatar, así eso significara arriesgar en el fondo. Ejerció presión alta y logró incomodar la salida del visitante. Aunque no hubo cambios de inmediato, Jurgen Klopp identificó que con los ingresos de Trent Alexander-Arnold, Alexis Mac Allister y Darwin Núñez podía tener una mejor respuesta en la última media hora.
Justo cuando entraron los relevos, la desgracia se asomó. La línea defensiva quedó mal ubicada y Antoine Semenyo apareció solo en frente de Caoimhin Kelleher, pero sacó un remate malísimo. Acto seguido, Marcus Tavernier le quemó las manos al guardameta como un segundo aviso. El tiro de esquina, tercera oportunidad, iba a ser la vencida. Justin Kluivert apareció por detrás de todos sin marca y metió un cabezazo sencillo y sutil para empatar al 64′.
¡Qué problema en el que se metió el Liverpool! Un partido que debió haber tenido dominado ahora estaba abierto por culpa de la actitud, porque los de Anfield se relajaron y en todo momento quisieron salir jugando ante un rival que les había mostrado su intención de recuperar la pelota en campo contrario desde la reanudación.
Y ahí no quedaron las intenciones. El Bournemouth ya había olido sangre e iba por más. Justo cuando parecía cerca de la remontada, vino un pase largo de Mac Allister. Núñez la tomó con espacio suficiente para acomodar el cuerpo y meter un chanfle espectacular desde fuera del área que venció a Radu al 70′. Un golazo y el Liverpool recuperaba su ventaja.
El gol fue un bálsamo. El Liverpool no solamente la visita dejó de sufrir, sino que empezó a encontrar salidas limpias y mejor juego en la mitad ajena. Fue puro control para hacer consumir el tiempo y poner su nombre en los cuartos de final de la Copa de la Liga, que ya va dejando competidores seleccionados para definir el título.