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En las últimas semanas, la Premier League ha sacado la lupa para investigar la actividad de sus clubes en el mercado de transferencias. El Manchester City y el Everton fueron los primeros apuntados por violar las normas del Fair-Play Financiero, y el más reciente en unirse a la lista es el Chelsea.
En 2013, Willian y Samuel Eto’o aterrizaron en Stamford Bridge, procedentes del Anzhi Makhachkala del campeonato ruso. Diez años después del fichaje de los atacantes, se han detectado irregularidades financieras en el acuerdo y la transacción.
Chelsea responde a la investigación
El Chelsea se defendió de las acusaciones con un comunicado en el que justifican que las negociaciones por el brasileño y el camerunés fueron de la antigua propiedad del equipo, y ningún individuo relacionado a ellas se mantiene en el club.
“No están relacionadas con ningún individuo presente en el club en estos momentos. Durante una investigación que se hizo antes de que se completara la compra del club, nos dimos cuenta de que podía haber información financiera incompleta respecto a varias transacciones que se llevaron a cabo por la anterior propiedad del club. Una vez se completó la compra, el club reportó estos asuntos a las autoridades reguladoras“.
Las compras de Samuel Eto’o y Willian fueron llevadas a cabo por la directiva que encabezaba Román Abramovich. En 2022, el magnate ruso fue obligado a vender a los blues por sus implicaciones en la invasión a Ucrania. Desde entonces un consorcio estadounidense, liderado por Todd Boehly, ha tomado las riendas del dos veces campeón de Champions League.