Liverpool aplica la filosofía del salmón para salvar un empate ante el Fulham
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El factor sorpresivo que caracteriza a la Premier Legue hizo presencia este sábado. El Liverpool llegaba como líder sólido a esta jornada 16 para recibir al Fulham. Evidentemente, por plantilla y juego, los Reds eran favoritos para dejar los tres puntos en casa, pero el fútbol inglés tiene un aura única de misterio e impredictibilidad.
Aunque el cuadro de Anfield comenzó manejando con soltura la pelota y siendo ofensivo desde el pitazo inicial, la visita lo iba sorprender pronto. Fue un centro de Antonee Robinson que iba un poco pasado y Andreas Pereira se lanzó como pudo para abrir la cuenta con una media volea al minuto 11.
Hasta ahí, manejable, pues el Liverpool es un equipo con mucha capacidad de gol y que ha demostrado que puede remontar una diferencia mínima. Lo que complicó todo fue que Andrew Robertson cometió un error al controlar la pelota siendo el último hombre y derribó a Harry Wilson. Se fue expulsado y dejó a su escuadra con 10 efectivos en 17 minutos.
Arne Slot solucionó esa eventualidad haciendo retroceder a Ryan Gravenberch para mantener la línea de cuatro en el fondo. Los locales sufrieron un par de veces más en los retrocesos con la constante fórmula del pase largo que el Fulham utilizó. La más clara para el empate estuvo en un cabezazo de Luis Díaz que se fue elevado y el descanso llegó con el 0-1 en el marcador.
Los Reds salieron al complemento con toda la disposición de concretar la que tuvieran para emparejar las cosas y no tardarían. Mohamed Salah envió un centro exacto hacia el área chica y Cody Gakpo apareció para lanzarse en la llamada palomita para meter el testarazo que provocó el estallido de Anfield al 47′.
El Fulham cometió el error de retroceder ante el arrebato ofensivo y, como si fuera un perro de caza, el Liverpool olfateó la situación para adelantar líneas e ir a buscar la victoria. El ingreso de Darwin Núñez para remplazar a Gakpo fue evidencia de ello. Salah fue el más buscado en el frente, pero la puntería no lo estaba acompañando.
Cuando más cerca parecía la gesta de los Reds, llegó el golpazo emocional. A punta de triangulaciones, la visita realizó una salida impecable desde el fondo hasta llegar al arco contrario, donde Robinson habilitó a Rodrigo Muniz y el taco decretó una nueva ventaja para lo Cottagers al 76′.
Slot envió cambios para arriesgar y jugarse lo último en función de ataque. Harvey Elliott llegó para asociarse bien en el último tercio del campo y Diogo Jota iba a tener la alegría de un gol para un nuevo empate tras 10 minutos abajo. Fue Núñez el que lo vio entrando al área y el portugués tuvo la habilidad para armarse el espacio y sacar un remate seco con el que se salvaba la papeleta.
Los locales estuvieron realmente cerca de llevarse el triunfo durante el tiempo de adición, pero no hubo mayor fortuna. Así, aplicando la filosofía del salmón, que nada a contracorriente para cumplir su ciclo vital, el Liverpool fue a contracorriente para salvar un empate en casa en medio de tanta adversidad temprana.