¿Pep Guardiola ya piensa en el retiro del fútbol?
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Es sabido el magnetismo que siempre hubo entre Pep Guardiola e Italia, país donde jugó un periodo en Serie A. Comenzó en la Roma de Capello y terminó -en 2003- en el Brescia de Carlo Mazzone. Allí precisamente coincidió con un soberbio Roberto Baggio, quien volvió a recuperar esa pasión por el fútbol anárquico y espontáneo, lejos de cadenas tácticas y enjambres numéricos.
El destino ha querido juntarles de nuevo, aunque esta vez en un plató de televisión. El programa ‘Che tempo che fa‘, emitido en Nove y presentado por el prestigioso periodista Fabio Fazio, aunó a las dos estrellas. Con Baggio conectado por remoto, la expectación fue máxima, especialmente por el técnico de Santpedor, quien celebra cuatro décadas de carrera deportiva desde que comenzara en los juveniles del Barça en el lejano 1984. “Me gusta el fútbol, pero todos estamos cansados a veces de lo que hacemos. Debuté con trece años en la academia del Barça. No imagino mi vida futbolística sin Johan. A nivel táctico me enseñó mucho, pero con él sobre todo aprendí a desarrollar la intuición. Era un genio. También Mazzone, un entrenador puro, viejo estilo, un grande“, comentó -en exclusiva- en lo que significó su primera aparición pública en una transmisión italiana.
Guardiola también analizó su relación con Baggio. “Le conocí en Brescia con la rodilla como una lavadora. El mejor, aun así. No hay un lugar en Italia que no le ame. Era diverso. Recuerdo que llevaba el perro a entrenar, y lo aceptábamos todos. Me habría gustado jugar más años con él. Fue uno de los mejores periodos de mi vida ese de Brescia. Jugábamos un partido por semana, y cuando ganábamos era fabuloso. Fue mágico, genuino, auténtico. Una nueva realidad”, señaló.
Su futuro en el Manchester City
No hay muro que no haya derribado el alter ego de Cruyff. Y es que a sus importantes éxitos como jugador se le suman los cuarenta títulos desde que se sienta en los banquillos, repartidos entre Liga, Bundesliga y Premier. Un tema en boga ya que no es seguro que continúe en el Manchester City la próxima temporada, cuando termina contrato y aún no ha renovado. Los rumores se alimentan, además, con la marcha en la dirección técnica de su íntimo Txiki Begiristain, sustituido por Hugo Viana. Él no las disipó, más allá de un simple y lacónico. “Volveré a Italia para ver a Robby. Tengo que reflexionar sobre mi futuro, porque no lo tengo claro. No es verdad que sea el seleccionador inglés en el futuro, porque estoy hoy en el City. Ni siquiera yo sé dónde estaré el próximo año“.
Pep Guardiola de nuevo elogia a Messi y lo pone por encima de Pelé y Maradona
No se marchó, Pep, sin subrayar una vez más sus años dorados como blaugrana, donde consiguió el primer sextete de su carrera, con Leo como punta de lanza. “El equipo de mi vida es el Barça. A Messi, a Messi hay que conocerlo. Es el mejor de todos los tiempos. Quizás es una falta de respeto a Pelé, Maradona… Pero lo que vi a este chico durante tantos años fue increíble. Dos goles y tres asistencias en todos los partidos, y cada tres días. Esto sucede una vez en la vida. Es La Gran Belleza, de Sorrentino. Respecto al Barça, no le querría como rival en Champions porque cada vez que me enfrento a él siento una emoción que me destruye”.
Uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos acompañado del mejor diez azzurro de la historia, además Balón de Oro y Fifa World Player en 1993. Un genio que, pese a no prodigarse demasiado en este tipo de exposiciones, no quiso perderse la cita con el gurú catalán. “Me he emocionado viendo y escuchando a Pep decir esto de mí. Le quiero, es un entrenador enorme. Le sigo, veo sus partidos desde que estaba en el Barça. Es especial, disponible, positivo. Era entrenador cuando jugaba ya. Mejoraba a sus propios compañeros“, apostilló el ex futbolista de Vicenza, Fiorentina, Juventus, Milan, Bologna, Inter y Brescia.
Italia volvió a unir dos leyendas de un deporte, el misterioso calcio, que aún sigue buscando su brújula. La metáfora es la tropa, aun desnortada, de Spalletti, quien, tras una desastrosa Eurocopa, confía en subsanar el delito de no haber participado en un Mundial durante las dos últimas ediciones. Quizás, la dirección correcta podría pasar por el recuerdo de aquellos maravillosos años de flor y nata, cuando el destino quiso juntar a Guardiola -amante de la música de De Gregori- y Baggio en el vientre de Brescia. Ahora la linfa que circula es diversa, y de momento el país se resiente. Por eso exclama con fuerza el arribo de Pep, y con él sus ideas revolucionarias que tantos réditos generan siempre.