Atlético Nacional pone un pie y un ‘taconazo’ en la final de la Copa BetPlay Dimayor

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Andrés Sarmiento celebra su gol ante Independiente Medellín. | VizzorImage

Nunca decepciona el clásico paisa. Ni en la Liga BetPlay y mucho menos en una semifinal de Copa Colombia. Y este jueves, Atlético Nacional ha dado un paso importante para instalarse en la última estación de la otra mitad de la gloria. Con tantos de Andrés Sarmiento y Pablo Ceppelini, el cuadro ‘Verdolaga’ noquea a su rival de patio y queda a tiro de disputar su segunda final en línea de este certamen.

No es casualidad que Atlético Nacional sea el equipo que más veces levantó este trofeo desde su nueva era (2008). Sea cual sea el rival, el equipo antioqueño tiene cierta mística a la hora de ponerse el traje para este baile. Y a pesar que Independiente Medellín dispuso de opciones muy claras de gol, David Ospina tuvo una de esas noches para sumar en el álbum de su carrera profesional. Eso sí, la ofensiva ‘Verdolaga’ también hizo la tarea.

Más allá del análisis en la previa, al final lo que deciden esta clase de partidos son los pequeños detalles. Un error no forzado o un pestañeo es mortal. Y le sucedió al DIM sobre el minuto 36. Un resbalón de Jimer Fory le dejó la vía solitaria a Marino Hinestroza para meterse al área y tirar un centro rasante, el cual terminó en un ‘taconazo’ de Andrés Sarmiento para romper el cero y desatar la locura en el Atanasio. Un bálsamo para Juárez y los suyos, que antes también se habían aferrado a los reflejos del ‘rey’ David.

A pesar de ello, Medellín no bajó los brazos y en la parte complementaria puso a ‘sudar frío’ a la afición local. Remates iban y venían, pero tanto la puntería como Ospina caminaban en polos opuestos. Sobre todo, la primera. Al fin y al cabo esa es la obligación del guardameta, dejar su arco en cero. Se caía el telón y daba la impresión que aún faltaba tela por cortar. Y sobre el 89’ cayó el último ‘trueno’ de la noche. Dairon Asprilla fue derribado por Homer Martínez, Wílmar Roldán sancionó el punto blanco y Ceppelini bajó los tacos. Un 2-0 que no deja de ser una diferencia cómoda, pero que en un clásico no hay nada imposible.

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