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Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), enfrenta una suspensión de tres años impuesta por la FIFA, con la prohibición de participar en cualquier actividad vinculada al fútbol. Este castigo se origina en los cuestionables incidentes que marcaron la final del Mundial Femenil Australia/Nueva Zelanda 2023, especialmente centrados en su comportamiento durante la celebración del título español en Sídney.
El Comité Disciplinario de la FIFA fundamentó su decisión en el artículo 13 de su Código Disciplinario, que prohíbe cualquier acto que atente contra la dignidad o integridad de individuos o colectivos por motivos diversos, incluyendo género. El beso no consentido a Jenni Hermoso, los gestos inapropiados en el palco, y la conducta hacia otras jugadoras fueron factores considerados en la sanción.
“Toda persona que atente contra la dignidad o la integridad de un país, una persona o un colectivo de personas empleando palabras o acciones despectivas, discriminatorias o vejatorias (por el medio que sea) por motivos de raza, color de piel, origen étnico, nacional o social, género, discapacidad, orientación sexual, lengua, religión, posicionamiento político, poder adquisitivo, lugar de nacimiento o por cualquier otro estatus o razón será sancionada con una suspensión que durará al menos diez partidos o un periodo determinado, o con cualquier otra medida disciplinaria adecuada”, señala el artículo.
El beso
El informe detallado, elaborado por el colombiano Javier Iván Palacio, revela que la FIFA examinó cada aspecto del comportamiento de Rubiales. La entidad internacional consideró el beso a Jennifer Hermoso como “totalmente inaceptable”, independientemente de su consentimiento, dada la posición de Rubiales como presidente de la federación y representante de un país recién coronado campeón mundial.
“A este respecto, y como observación preliminar, el Comité consideró esencial subrayar que tal beso, emanado del presidente de una federación a una jugadora del sexo puesto del equipo nacional bajo su dirección y responsabilidad, era totalmente inaceptable. Esto, independientemente de que hubiera sido consentido o no. De hecho, al representar a todo un país entero -que acababa de ganar el torneo femenino más prestigioso- y al ocupar el más alto cargo dentro de la federación, se espera que su presidente se comporte con el máximo nivel de compostura y discernimiento. En otras palabras, se espera que adopte una actitud irreprochable, lejos de la mostrada durante la ceremonia de la entrega de premios”, dicta el comité.
Además, el Comité censuró otros actos como el tocamiento de genitales, el levantamiento de Athenea del Castillo por encima de sus hombros y el beso a Olga Carmona. Se citaron testimonios de testigos, videos en vestuarios y declaraciones de dirigentes de las federaciones de Nueva Zelanda y Australia, quienes expresaron su descontento por el comportamiento de Rubiales en la ceremonia de entrega de medallas.
Las conclusiones
La FIFA concluyó que Rubiales, al desviarse de la compostura y discernimiento esperados de un presidente federativo, comprometió la imagen del fútbol español y afectó negativamente la experiencia de la Copa Mundial para las jugadoras. La sanción busca preservar la integridad del deporte y enviar un mensaje claro sobre la inaceptabilidad de conductas que desacreditan a nivel mundial.
“Hoy en día, España es un ejemplo de igualdad de género y de su compromiso con esta lucha, como lo demuestra su Selección Nacional de fútbol femenino, especialmente en el contexto del presente expediente disciplinario. Este gesto está empañando definitivamente la imagen de España y la comprensión general de la cultura española”. Además, considera que “el Demandado, lamentablemente, arruinó la experiencia de la Copa Mundial a muchos, empezando por la jugadora y sus compañeras de equipo que acababan de convertirse en campeonas del mundo por primera vez en su historia. Por lo tanto, el Comité estaba firmemente convencido de que el Demandado, con su comportamiento, desprestigió el deporte del fútbol y/o a la FIFA a nivel mundial “, cierra.
Rubiales tiene la posibilidad de apelar la decisión ante el Comité de Apelación, pero las razones expuestas por la FIFA, basadas en la falta de respeto a los principios fundamentales del fútbol y la dignidad de las personas, respaldan la contundencia de la sanción impuesta.