Luis Rubiales, acusado por su tío de utilizar dinero de la federación para ver al Canelo

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Un nuevo capítulo de controversia sacude al mundo del fútbol español con acusaciones de corrupción que involucran al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales. Las acusaciones provienen de una fuente sorprendente: su propio tío, Juan Rubiales, quien también es ex jefe del gabinete de la federación y hombre de confianza del presidente.

Según Juan Rubiales, en declaraciones recientes en El Partidazo de COPE, su sobrino utilizó fondos de la RFEF para financiar un viaje a Las Vegas con el objetivo de asistir a una pelea de boxeo del famoso púgil mexicano, Saúl ‘Canelo’ Álvarez.

El relato de Juan Rubiales revela cómo se gestó este acto de corrupción: “Hubo un viaje anterior que fue en febrero, que se nucleó alrededor de un combate de boxeo de Canelo en Las Vegas, que al presidente le gustaba mucho el boxeo, entonces a través de una persona, que no diré su nombre, le prometió que le iba a preparar para ir ahí y se montó un viaje. Todo se pagó con dinero de la RFEF”.

Una práctica habitual

Lo más sorprendente es que, según las declaraciones de Juan Rubiales, esta no fue una acción aislada, sino una práctica habitual dentro de la RFEF. Antes de llegar a Las Vegas, el grupo viajó a Miami, donde supuestamente utilizaron la excusa de una entrevista para justificar el gasto de fondos de la RFEF. De acuerdo con Juan Rubiales, esta práctica era común y se utilizaba para encubrir los verdaderos motivos de los viajes.

“Antes pasaron por Miami, porque el organizador planteó una entrevista con Televisa o Univisión, que vamos a visitar sus instalaciones y con eso justificamos y decimos que vamos a negociar derechos de fútbol. Sí, era una práctica que hacía”, señaló el ex directivo.

Rubiales, sancionado por FIFA

El escándalo suma otro episodio más al historial de Rubiales, quien fue suspendido por parte de la FIFA debido a su comportamiento controvertido en la final del Mundial Femenil, que incluyó un beso sin consentimiento a la jugadora Jenni Hermoso y gestos inapropiados desde la grada.