La energía de Megan Rapinoe cuando saltó al campo en la segunda mitad no bastó para motivar a una apática selección de Estados Unidos, que avanzó a los octavos de final del Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda el martes a pesar de empatar sin goles (0-0) frente a Portugal.
El resultado ayudó a Estados Unidos a evitar la que habría sido la gran sorpresa del torneo y le valió para asegurar el pase a la siguiente ronda. Las estadounidenses se mostraron dubitativas en un choque en el que partían como claras favoritas.
Estados Unidos, la selección más laureada de la Copa Mundial con cuatro títulos, nunca ha caído en la fase de grupos, y esta es la primera vez que logra apenas una victoria en esta fase del campeonato.
El destino de las estadounidenses dependía también del resultado del partido entre Holanda y Vietnam que se disputaba simultáneamente en Dunedin. Holanda aplastó 7-0 a Vietnam y terminó primera del Grupo E, mientras que Portugal y Vietnam se despiden de la máxima competición de selecciones.
Las estadounidenses, vigentes bicampeonas mundiales, tratarán de lograr una hazaña inédita: levantar la tercera Copa Mundial consecutiva.
Lynn Williams tuvo ocasión de abrir el marcador a los 14 minutos con un remate de cabeza que acabó en los guantes de la arquera portuguesa, Inés Pereira. Aunque Estados Unidos tuvo la posesión y disfrutó de las mejores ocasiones, no pudo materializar ninguna.
Rose Lavelle vio una tarjeta amarilla a los 38 minutos, la segunda de la fase de grupos, y se perderá el siguiente partido.
Estados Unidos volvió a llevar el peligro a la meta rival a los 57 minutos gracias a una falta, pero el remate de cabeza de Alex Morgan salió muy por encima del larguero. Ana Capeta estuvo apunto de dar la vuelta al encuentro con un tanto en el descuento, pero su tiro golpeó el poste derecho de la portería estadounidense.