La Selección de Nueva Zelanda remató hasta el cansancio ante Suiza pero no pudo conseguir el gol que rompiera la paridad, atascándose el domingo con un empate 0-0 en la Copa Mundial femenina de fútbol, convirtiéndose en la primera nación anfitriona que se va eliminada en la fase de grupos en la historia del torneo y cerrando el torneo entre lágrimas.
Las neozelandesas comparten la sede con Australia, que deberá derrotar a Canadá el lunes para evitar su propia eliminación.
Suiza se clasificó a los octavos de final. Las suizas también habían empatado 0-0 con Noruega, pero se quedaron con el primer puesto del Grupo A. En el otro partido de la llave, Noruega trituró 6-0 a Filipinas.
Nueva Zelanda ejerció la iniciativa durante largos pasajes del encuentro y aventajó 12-3 a Suiza en remates. Jacqui Hand le sacó astillas al poste derecho a los 24 minutos.
Las 25.947 butacas del estadio Forsyth Barr estuvieron colmadas — el único de los seis partidos en Dunedin que se disputó con lleno completo.
Nueva Zelanda inauguró el torneo con una victoria 1-0 ante Noruega, pero las anfitrionas no volvieron a anotar desde los 48 minutos de ese partido. Venían de perder 1-0 ante Filipinas.
“Estamos destrozadas. Nos sentimos orgullosas de lo que pudimos lograr, pero lo que queríamos era sortear la fase de grupos y no pudimos“, dijo la volante neozelandesa Malia Steinmetz.
Suiza avanzó por segunda vez a la fase de eliminación directa del Mundial — la primera fue en su único participación previa en 2015. Podrían enfrentarse contra España o Japón en los octavos de final, dependiendo del resultado de esos equipos en el partido que disputarán el lunes en el Grupo C.