Este sábado se disputó el encuentro entre América y León por la jornada 13 del Clausura 2023 de la Liga MX en el Estadio Azteca. El duelo acabó en un empate 2-2 y con un episodio bastante curioso de tensión entre ambos equipos, en donde también se vio involucrado el colegiado Fernando Hernández Gómez.
No es la primera vez que este árbitro se ve inmiscuido en episodios de violencia dentro de una cancha del fútbol mexicano, y no es tampoco la primera vez que lo hace en un encuentro de las Águilas.
El 8 de marzo de 2017 se llevó a cabo el compromiso de octavos de final de la Copa MX entre Tijuana y América. En dicho compromiso, El ex defensor azulcrema, Pablo Aguilar, golpeó a Hernández con un cabezazo al finalizar el partido, hecho que se sancionó con diez partidos de expulsión para el paraguayo. Cabe destacar que en este tipo de agresiones, de acuerdo con la Comisión Disciplinaria, se castigan con un año de sanción.
Este suceso, sumado a la agresión del ex jugador del Toluca Enrique Triverio al trencilla Miguel Ángel Flores, desembocaron en la huelga de árbitros del 2017 y en el impedimento de disputar la jornada 10 del torneo.
La trifulca de este sábado se derivó de las quejas de los jugadores de León ante el primer gol del América y una presunta mano no señalada de Israel Reyes. La situación escaló y en medio de los reclamos, el árbitro perdió los papeles y soltó un rodillazo a la pierna del jugador argentino Lucas Romero, quien cayó al suelo. Las protestas continuaron y los ánimos se caldearon aún más, ya que la violencia se trasladó a los banquillos y Nicolás Larcamón, entrenador de La Fiera, fue expulsado.
León se quejó efusivamente en redes sociales del lamentable accionar de Fernando Hernández durante el encuentro. Frases como “una locura” o “inadmisible” fueron vertidas en las cuentas oficiales del club guanajuatense tras la agresión.
Una sanción ejemplar
Esto es lo que dice el reglamento de sanciones de la Federación mexicana de Fútbol con respecto a los árbitros que incurran en violencia.
“Incurrir en cualquier tipo de conducta violenta con los Jugadores, integrantes de los Cuerpos Técnicos, Oficiales, con el personal autorizado para permanecer en el terreno de juego y/o con el público. 1 a 15 partidos de suspensión y multa de 90 a 500 UMAs. En caso de que la infracción sea cometida en contra de oficiales de partido, se podrá incrementar la sanción“.
La actuación de Fernando Hernández deja a las claras el grave problema que tiene México con el arbitraje y escribe un episodio bochornoso para el fútbol que nada tiene que ver con el desarrollo del deporte.