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- La violencia se mantiene en los estadios de México
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A casi un año y medio de la tragedia en el partido Querétaro vs Atlas de la jornada 9 de Clausura 2022, la Liga MX ha intentado implementar mayores medidas de seguridad para evitar que se repitan los actos de violencia vividos aquella tarde del 5 de marzo del 2022.
La llegada del Fan ID, el tratar de controlar la venta de bebidas alcohólicas en el interior de los estadios, el reforzamiento de los cuerpos de seguridad y hasta la prohibición de los grupos de animación como visitantes han sido algunas de las medidas implementadas para tratar de mejorar la situación y que no se repita aquel oscuro capítulo que dejó varios lesionados en La Corregidora.
Algunas de estas ideas han funcionado más que otras. Por ejemplo, la llegada del Fan ID ha dado algunos problemas, en primer lugar a muchos de los aficionados les costó trabajo el acostumbrarse a esta situación y tienen que realizar el proceso en pleno estadio.
Sin embargo, la creación del Fan ID no ha impedido que los actos de violencia se sigan dando en los estadios de la Liga MX y como ejemplo está lo sucedido recientemente en el Gigante de Acero de Monterrey, en el duelo entre los Rayados y Cruz Azul, con algunos conatos de bronca al interior del inmueble y con una salvaje manifestación de violencia a las afueras, al golpear algunos seguidores de la Pandilla a un par de paramédicos, además de que otros más protagonizaron una pelea entre aficionados locales, con una escalofriante escena en la que uno de ellos intenta aventar a otro hacia el Río La Silla, que pasa por debajo del Gigante de Acero.
De la misma manera, se ordenó que las porras visitantes no tendrían acceso a los inmuebles de los locales para evitar riñas, situación que con el paso del tiempo se relajó y en la actualidad se presenta sin tener las restricciones prometidas, lo que sigue causando problemas dentro y fuera de los estadios.
La Liga MX ha intentado mejorar, es verdad, pero aún queda mucho camino por recorrer en este tema de la seguridad, pues la violencia se mantiene presente en el fútbol mexicano.