Santi Giménez encontró el amor en plena pandemia… ¡Jugando al Call of Duty!

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Mexicanos por el mundo
Santi Giménez y Fer Serrano se enamoraron con los videojuegos.

Cada pareja tiene su historia de amor y la de Santiago Giménez con Fer Serrano comenzó a escribirse gracias al Call of Duty, en medio de la pandemia del Covid-19.

En una charla íntima con el canal de YouTube del Feyenoord, el delantero mexicano y su prometida ventilaron la peculiar manera en la que se conocieron, al estar en confinamiento por los contagios en marzo del 2020, y pasando mucho de su tiempo en los videojuegos.

“Esa es una historia muy divertida”, dijo Fer Serrano, agregando Santi que “no te lo vas a creer”. Entonces, prosiguió Serrano: “La pandemia de Covid-19 comenzó en marzo, mi madre murió el 25 de marzo. Estaba en mi casa todo el día. Todo lo que hice fue jugar Call of Duty: Warzone, pero realmente fanáticamente; viví para jugar. Eso fue todo lo que hice”.

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“Un día subí una historia en redes sociales de que estaba jugando y gané. Santiago respondió: ‘Wow, ¿estás jugando? Vamos a jugar’. No respondí de inmediato porque mi mente estaba en ese momento sólo con mi madre. Dos semanas después dijo que estaba jugando con amigos y me invitó a unirme, así que lo hice. Simplemente amistoso”, apuntó Fer.

El goleador del Feyenoord añadió que no se conocían, aunque se seguían mutuamente en Instagram, pero nunca se habían visto en persona.

“Tiene tres años menos que yo, por eso no nos conocimos en una fiesta ni por amigos en común. Acepté la invitación para jugar y luego jugamos sin parar durante dos meses porque él no estaba entrenando por el Covid-19”, dijo Fer Serrano.

En ese entonces, el Clausura 2020 fue cancelado por la Liga MX por los contagios de Covid, por lo que Santi Giménez se la pasaba en casa, al no tener que salir a entrenar con Cruz Azul.

“Nos levantamos a la 1 de la tarde y jugamos hasta las 5 de la mañana”, añadió Giménez a la charla, siendo Fer, quien terminó de contar la historia: “Sólo paramos para comer algo. Lo curioso es que yo estaba patinando en la calle, porque realmente necesitaba alejarme de todo y me preguntó dónde estaba. Lo curioso fue que él vivía a sólo tres casas de mí… ¡En un momento salió y ese fue nuestro primer encuentro!”.