César Luis Menotti y su legado en el fútbol mexicano
- Muere a sus 85 años César Luis Menotti
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El mundo del fútbol ha perdido a uno de sus grandes maestros. César Luis Menotti, el legendario entrenador argentino, falleció el 5 de mayo de 2024 a los 85 años de edad, tras semanas hospitalizado en Buenos Aires por una anemia severa. ‘El Flaco’ , como era conocido cariñosamente, dejó una huella imborrable en el fútbol mundial y especialmente en el mexicano, donde su legado trasciende el tiempo y las generaciones.
Menotti en el Fútbol Mexicano: Un Rayo de Esperanza
Menotti llegó a México en 1991, en un momento oscuro para la selección nacional. Tras el escándalo de “Los Cachirules” que dejó a México fuera del Mundial de Italia 1990 y una temprana eliminación en la primera Copa Oro a manos de Estados Unidos, el fútbol mexicano necesitaba un cambio radical. Los directivos de la Federación Mexicana de Fútbol buscaron a un entrenador que pudiera revitalizar al equipo y devolverle la esperanza.
Un Enfoque Diferente
Aunque su paso por la selección mexicana fue breve, dirigiendo solo 20 partidos, Menotti dejó una marca significativa. El Flaco tenía una visión clara: cambiar la mentalidad del futbolista mexicano. En un país donde el derrotismo parecía haber echado raíces, Menotti trajo consigo una actitud ganadora. “Vengo aquí para ser campeón del mundo, no para perder el tiempo”, declaró al ser presentado como seleccionador.
Menotti comprendió que el cambio debía ser tanto táctico como mental. En el plano táctico, fomentó el control del balón y un estilo de juego ofensivo. Pero el verdadero impacto fue en la mentalidad de los jugadores, a quienes inculcó la confianza y el valor para enfrentarse a cualquier rival sin complejos.
La Transformación Mental del Futbolista Mexicano
El legado de Menotti radica en su capacidad para cambiar la percepción del futbolista mexicano. El Flaco nunca toleró actitudes derrotistas ni complejos de inferioridad. Fomentó una mentalidad ganadora y un espíritu de lucha que calaron hondo en la selección y en la afición.
Una anécdota ejemplifica su enfoque. En un amistoso contra Alemania, Menotti notó que uno de sus jugadores observaba con demasiada reverencia a un rival mientras esperaban en el túnel. Para romper esa actitud, el entrenador le dijo: “¿Por qué no le pedís un autógrafo? ¡Lo mirás como si fuera no sé qué!” El jugador, cuyo nombre Menotti no reveló, jugó un partido excepcional aquella noche, logrando un empate contra el poderoso equipo alemán.
La Salida de Menotti: Una Cuestión de Principios
La salida de Menotti fue abrupta y no debió a su desempeño. Los directivos que lo trajeron, Francisco Ibarra y Emilio Maurer, dejaron sus cargos debido a conflictos internos en la Federación Mexicana de Fútbol. Menotti, en un acto de lealtad y principios, decidió retirarse también. Dejó un legado que su sucesor, Miguel Mejía Barón, supo aprovechar, logrando llevar a México a la final de la Copa América en 1993 y a una participación digna en el Mundial de Estados Unidos 1994.
Menotti dejó el fútbol mexicano, pero su influencia permaneció. El Flaco era un hombre de principios y convicciones, y eso quedó reflejado en la mentalidad y el carácter que imprimió en la selección mexicana. Como él mismo expresó, su interés en México surgió porque veía potencial para cambiar y mejorar. Su legado vive en cada jugador mexicano que sale al campo sin miedo, dispuesto a jugar de tú a tú contra cualquier rival.
César Luis Menotti, el maestro que enseñó al fútbol mexicano a creer en sí mismo, ha partido, pero su legado perdurará por siempre.