Jaime Lozano ya está al frente de la selección mexicana con la ilusión de aprovechar la oportunidad como técnico interino, ganar la Copa Oro 2023 y quedarse como el entrenador para el Mundial del 2026.
El Jimmy entró al relevo, de bomberazo, tras la destitución de Diego Cocca, quien tras 7 partidos al frente del tricolor tuvo que decirle adiós al proceso, al fracasar en la Nations League, al caer 3-0 en las semifinales ante los Estados Unidos.
Lozano tiene claro el panorama, debe ganar el título de la Copa Oro para hacerse del puesto en la dirección técnica de manera definitiva, asentar su proyecto y enfilarse a ser el mandamás en la Copa del Mundo que se jugará en México, Estados Unidos y Canadá.
El panorama está lleno de incertidumbre alrededor del equipo, que no ha mostrado ni pies ni cabeza en los últimos tiempos, teniendo su actuación en el Mundial de Qatar 2022 como uno de sus máximos ejemplos, al no poder ir más allá de la fase de grupos.
La apuesta por Jaime Lozano es arriesgada, al tratarse de un joven entrenador que su único triunfo más allá de la Supercopa MX con el Querétaro, es la medalla de bronce que ganó en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. Sin embargo se confía en que puede hacer bien las cosas.
En ese equipo olímpico, se encontraban 11 de los futbolistas con los que hoy mismo coincide para afrontar la Copa Oro: Guillermo Ochoa, Luis Romo, Luis Ángel Malagón, César Montes, Johan Vásquez, Charly Rodríguez, Jorge Sánchez, Uriel Antuna, Sebastián Córdova, Henry Martín y el recién llamado Roberto Alvarado, quien toma el lugar del lesionado Alexis Vega.
Este triunfo en tierras olímpicas es la mejor carta de presentación del Jimmy, pues además de la conquista del bronce, está el que conoce a la base del equipo que ahora dirigirá en busca de regresar a México a lo más alto de la Copa Oro.
Para Jaime Lozano, ésta, es una gran oportunidad, tal vez la más grande que ha tenido en su joven carrera como estratega y la misma que lo podría catapultar a las ligas mayores.