La selección mexicana viajó este martes a Sudamérica para disputar la quinta jornada de la Liga de Naciones de la Concacaf ante Surinam en el Flora Stadium, partido que significará un nuevo inicio en la era del Tricolor y el debut del estratega Diego Cocca.
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El fútbol mexicano tocó fondo tras la eliminación en la fase de grupos de la selección en el Mundial de Qatar 2022, aunque desde las Eliminatorias no se veían un equipo sólido y desde entonces, distintos deportistas aztecas han puesto el nombre de nuestro país en todo lo alto, como el Canelo Álvarez (box), Abraham Ancer (golf), Alexa Grasso, Brandon Moreno y Yair Rodríguez (UFC), Sergio ‘Checo’ Pérez (Fórmula 1) y la más reciente la selección mexicana de béisbol.
La novena azteca hizo soñar a todo un país este lunes al llegar hasta las semifinales del Clásico Mundial de Béisbol, donde perdió ante Japón, pero dieron un emocionante juego que dejó la vara muy alta para el deporte en México ya que el conjunto de Benjamín Gil demostró tres cosas positivas que claramente debería aprovechar el combinado de Diego Cocca.
Mentalidad
México comenzó contra las cuerdas el Clásico Mundial de Béisbol al caer ante Colombia en su debut, sin embargo, el trabajo psicológico fue fundamental ya que a partir de ahí ligó cinco victorias para firmar su mejor participación en el torneo. Los jugadores mostraron mucho carácter, al derrotar por marcadores abultados a Estados Unidos (5-11) y a Canadá (3-10), países que han sido el coco de la selección mexicana.
Confianza
La victoria ante Estados Unidos fue el envión anímico que necesitaba la selección para comenzar a soñar en el torneo tras una gran actuación de Randy Arozarena. El mexico-cubano se convirtió en el referente del equipo con sus grandes batazos ante Estados Unidos y Canadá. Además de su poder ofensivo ante Puerto Rico y Japón al lucirse con un par de atrapadas definitivas que hicieron soñar a todo un país.
Unión con la afición
El despertar del conjunto de Benjamín Gil ante Estados Unidos fue clave para conectar con la afición y tras vencer a Puerto Rico, Randy Arozarena se convirtió en el nuevo ídolo de México, que logró que cientos de aficionados siguieran muy de cerca todos los juegos de la novena azteca. El cubano, nacionalizado mexicano tuvo grandes actuaciones sobre el diamante y conectó con la afición tras su épica celebración con los brazos cruzados. Un referente que necesita el Tri y que no ha tenido desde los momentos de gloria de Rafael Márquez.