Uno de los partidos más esperados defraudó en todos los aspectos y la selección mexicana cayó 0-3 ante Estados Unidos que avanza a la final de la Nations League de la Concacaf, en un encuentro que tuvo poco fútbol por parte del Tricolor y mucha violencia con múltiples broncas entre ambos equipos.
Desde los primeros minutos, los estadounidenses comenzaron con el dominio del esférico en estos primeros minutos y tuvieron las primeras aproximaciones del partido.
Los esfuerzos norteamericanos casi rinden frutos cuando al minuto 23, Christian Pulisic se quitó a medio mundo de encima, incluido Guillermo Ochoa pero falló su remate ya con la portería abierta.
En el minuto 36, ‘Capitán América’ apareció y en esa ocasión sí concretó luego de un error en la defensa mexicana por parte de Edson Álvarez poniendo el 1-0.
Los embates norteamericanos continuaron y con fortuna para el Tricolor el primer tiempo concluyó únicamente con un gol de desventaja.
No obstante, al inicio de la parte complementaria, Estados Unidos no perdonó y anotó el segundo apenas al minuto 46, un gran desborde por derecha que Pulisic definió de manera magistral dejando sin posibilidades a Ochoa. Tras el gol, se empezó a escuchar el canto del famoso ‘dos a cero’.
Desde el minuto 60, el juego comenzó a mancharse y Santiago Giménez, quien apenas había ingresado al cotejo resultó amonestado junto con Weston McKennie.
Ocho minutos después, se armó una nueva bronca en el Allegiant Stadium con empujones y hasta vasos que fueron aventados desde las bancas.
Por si algo faltaba, la tercera anotación norteamericana llegó al minuto 78 lo que ya desató el caos total y la molestia en el equipo de Diego Cocca.
De manera lamentable, se volvió a armar la bronca en el partido, todo fue iniciado por Edson Álvarez y el que resultó expulsado fue Gerardo Arteaga, incluso, Ochoa fue a calmar los ánimos y resultó amonestado.
El central agregó 12 minutos en un encuentro que ya mostraba toda la bronca de la afición que repitió el famoso grito homofóbico, con el que al final se pitó la conclusión del encuentro cuando apenas se habían jugado ocho minutos de la reposición.