¿Gamergate 2.0? ¿Qué está pasando con Sweet Baby Inc?

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Kim Belair, CEO de Sweet Baby Inc | Medium

En días pasados, en Internet se está dando lo que muchos ya llaman el Gamergate 2.0, una nueva controversia masiva en la que están involucradas varias compañías de desarrollo de videojuegos, así como un actor clave en todo esto: Sweet Baby Inc.

De acuerdo con lo expuesto, Sweet Baby Inc sería la responsable de guiar a los desarrolladores de juegos a guiar sus historias hacia la inclusión, la diversidad y la equidad, pero no de manera orgánica, sino como parte de su propia visión del gaming.

Y esto no sería problema, salvo por que las compañías, de hecho, les han hecho caso, con resultados mixtos. Y aunque Sweet Baby Inc dice tener como misión promover la diversidad en el gaming y contar nuevas y mejores historias, lo que señalan sus detractores es que, e realidad, la empresa consultora tiene como promesa para los estudios aumentar sus calificaciones ESG. Las calificaciones Environmental, Social, Governance miden qué tanta responsabilidad social tiene una empresa y cómo se maneja en temas ambientales, sociales y sus políticas internas.

Mientras más alto sea el puntaje ESG de una empresa, es más probable que firmas de inversión quieran otorgar préstamos con tasas favorables para que desarrollen sus proyectos. Estamos hablando de firmas como Blackrock, la compañía de inversión más grande e importante del mundo, que toma en consideración altas calificaciones ESG para ofrecer mejores préstamos a proyectos que ellos consideren valiosos bajo estos parámetros.

La razón, entonces, por la que los estudios deciden contratar los servicios de Sweet Baby Inc no es únicamente por promover la diversidad, sino por aumentar sus calificaciones ESG al promover temas DEI, diversidad, equidad e igualdad, en sus narrativas.

No es un problema por que exista la diversidad en el gaming, sino que estos cambios se están dando por un tercero que se involucra en el proceso de desarrollo y empuja su narrativa con el único fin de beneficiar económicamente a la empresa sin importar si el resultado final es del agrado del público.

Sabemos que Sweet Baby Inc. ha cambiado la narrativa en juegos como Marvel’s Spider-Man 2, que sufrió controversia por su inclusión de temas LGBT y por darle más protagonismo a Miles Morales que a Peter Parker; también estuvieron involucrados en cambios significativos en Alan Wake 2, al punto de que se acusa de cambiar la etnicidad de Saga Anderson. Y es que, en el lejano 2015, cuando se hizo el primer tease del juego, Saga Anderson era una mujer rubia, y su personaje y protagonismo fueron cambiados después de la intervención de Sweet Baby Inc. Lo mismo que con God of War: Ragnarök y su decisión de tener a un dios nórdico afrodescendiente, similar a lo que paso con el propio Heimdall de Marvel o la propia etnicidad de Angrboda. Aunque su carta de presentación más fuerte ha sido, sin dudas, Suicide Squad: Kill the Justice League, juego que fracasó y ha sido acusado por los fans por eliminar de manera poco ceremoniosa a los héroes hombres blancos heterosexuales y de empujar una narrativa “woke”.

El impacto ha sido tal que, en Steam, se creó un grupo cuyo único propósito es listar los juegos en los que se haya identificado o se sospeche la intervención de Sweet Baby Inc. Sweet Baby Inc Detected ya cuenta con cientos de miles de miembros, quienes buscan boicotear cualquier juego en el que Sweet Baby Inc esté involucrado. Esto, claro, ha sido recibido con su propia controversia, al punto de que los directivos de la empresa han llamado a denunciar el grupo, pero de forma agresiva y combativa, con lo que caen en las propias prácticas de acoso que ellos mismos denuncian.

Y ésa es la otra mitad del problema: la dirección de la empresa. Todo el asunto de Sweet Baby Inc reventó hace algunos días, desde que se esparció la participación de la CEO de la compañía, Kim Belair, en la Games Developers Conference, con una ponencia enfocada en la inclusión en los juegos y en mostrar qué es lo que hacen ellos como compañía.

En la conferencia, titulada Now You See Me: Representation as Innovation (Ahora me ves, representación como innovación), Kim Belair hizo comentarios fuera de lugar que han sido mal recibidos por los usuarios; por ejemplo, comparó a los jugadores hombres blancos heterosexuales con bebés berrinchudos y sugirió que, para que los directivos de un estudio hagan caso sobre los temas de inclusión, los empleados interesados en empujar estos temas debían reunirse con sus departamentos de marketing y “aterrarlos” con la idea de lo que la cultura de la cancelación podría dañarlos.

No sólo eso, sino que otros ejecutivos de Sweet Baby Inc han hecho comentarios en redes sociales, desde hace varios años, que rayan en discurso de odio. Por ejemplo, “tuve una pesadilla, que era un gamer hombre” o “normalmente me da asco ver a dos personas ricas heterosexuales besándose, pero ellos dos son lindos” o “páguenme para tirar sus ideas de juegos con protagonistas hombre blancos”. De hecho, los perfiles de redes sociales, así como la historia personal de Belair dentro de la industria del gaming dan luz a la narrativa que busca empujar Sweet Baby Inc la diversidad por la diversidad misma, sin importar si tiene sentido dentro del ethos del juego que se está modificando.

El problema no es la diversidad y la inclusión, ésos son pasos naturales y obligatorios que todo medio debe dar si quiere evolucionar con los tiempos. El problema son las razones por las que se dan los cambios y la forma en la que se hacen, pero, sobre todo, quiénes lo están promoviendo y desde qué perspectiva. Lo que hace Sweet Baby Inc, de forma deliberada y confesa, es crear diversidad, aunque ésta no vaya con el público objetivo de los juegos, ya que tienen la idea de crear algo nuevo y atraer nuevas audiencias, pero esto no está sucediendo de esta manera. Al ignorar a su público objetivo, se corre el riesgo de perder millones en ventas y tener juegos que fracasen en ventas o, simplemente, sean mal recibidos por el público que, de hecho, sí compra y juega estos títulos.

El drama de este Gamergate 2.0 sigue en curso y algunos de los estudios involucrados ya salieron a defender su decisión de incorporar. Por ejemplo, Mary Kenney, directora narrativa asociada en Insomniac Games escribió lo siguiente: “Algunos de ustedes no parecen entender cómo funciona la consultoría narrativa en juegos, pero no se preocupen: ¡yo sí! Los consultores narrativos no tienen la última palabra. No entra en el juego si nosotros no lo aprobamos. Ellos consultan. Investigan, presentan ideas, dan retroalimentación y tal vez incluso escriben guiones. Pero nada de eso entra en juego a menos que el equipo de desarrollo central esté de acuerdo con ello. Voy a seguir diciendo eso, porque es clave. Sweet Baby no viene, ni ningún grupo consultor, a arruinar los juegos. Están ayudando a suavizar las tramas y profundizar los personajes. Alivian la carga del equipo narrativo central. Son aditivos en todos los sentidos.”

Por su parte, el director de Alan Wake 2, Kyle Rowley, negó los rumores de que Saga Anderson solía ser rubia, pero que todo su personaje fue alterado y se le dio más prominencia después del trabajo de Sweet Baby Inc. Esto, a pesar de que, en 2015, el propio Sam Lake compartió la primera imagen conocida de Saga Anderson, interpretada por Malla Malmivaara, una mujer rubia.

Por el momento, sólo queda esperar los siguientes juegos en los que Sweet Baby Inc ha trabajado. Dado que la compañía fue fundada recién en 2018 y el tiempo que tardan los juegos en desarrollarse, puede que pasen algunos años hasta ver el resultado, como es el caso de otro título conocido de la empresa: Marvel’s Wolverine.

Pero toda la culpa no es de Sweet Baby; de hecho, ellos son los más notables, pero a su alrededor hay múltiples otras compañías consultoras que hacen los mismos trabajos: desarrollo narrativo, lectura de sensibilidad; es decir, buscar problemas y temas potencialmente ofensivos en una obra, y buscar diversidad, inclusión y equidad en los juegos, no por mejorar el producto final, sino con las calificaciones ESG y un interés monetario de fondo.

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