La historia detrás de Fortnite
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Hablar de los battle royales es, hoy en día, hablar de Fortnite. Pero hubo un tiempo en el que esto no fue así; de hecho, originalmente, Fortnite ni siquiera estaba pensado para ser un battle royale. Aunque pareciera que Fortnite siempre ha existido, el juego no tiene ni 5 años en el mercado y, aún así, su impacto no solo en la industria de los videojuegos, sino en la cultura pop, es difícil de compararse. Fortnite es más que un juego, es un fenómeno social y, puede que lo ames o lo odies, pero lo que es un hecho es que lo conoces, y eso habla por sí mismo del tamaño de este título. En esta ocasión, queremos presentarte la historia detrás de Fortnite, cómo un juego que inició como una respuesta a Minecraft, otro fenómeno global, se convirtió en un sinónimo de juegos de video hoy por hoy.
Fortnite empezó como un experimento de parte de Epic Games, quienes quería, en sus palabras, crear un juego que pudiera competir con Minecraft. En su momento, y hasta ahora, Minecraft era un monstruo imparable. Minecraft no sólo se consolidó como el juego más vendido de la historia, sino que ayudó a forjar la manera en la que consumimos contenido de videojuegos en plataformas como Youtube y Twitch. Epic Games quería una rebanada de ese pastel y, para lograrlo, decidieron apostarle a un nuevo motor, el Unreal Engine 4, y a un juego que pudiera aprovecharlo, para entregar una experiencia de construcción similar a la de Fortnite. Curiosamente, de ahí su nombre.
Fortnite, en inglés, significa un periodo de 2 semanas, pero Fortnite también es un juego de palabras que hace alusión a la construcción de un fuerte, Fort, y a la noche, Nite. Y es que, en la versión original de Fortnite, el objetivo era construir un fuerte y defenderlo de los husks, básicamente zombies, que atacan durante la noche, hasta que pasara la tormenta, en dos semanas dentro del juego. Si eso suena muy similar a lo que sucede con Minecraft y los creepers, no es coincidencia. Sólo que Epic Games también quería incorporar elementos de shooters en su juego de construcción y defensa de fuertes, tomando inspiración de juegos como Gears of War y Halo. El resultado es lo que llegamos a conocer como el modo Save the World de Fortnite. Esto era la respuesta de Epic Games a todo lo que era popular a principios de la década pasada, condensado en un mismo juego, Fortnite.
Pero, mientras Fortnite intentaba hacerse de un nombre entre los jugadores, otro gran momento del gaming estaba por ocurrir. Como puedes ver en nuestro video de 25 datos que no conocías sobre los battle royales, este género tomó por sorpresa al mundo. Gracias a los aportes de mods de Minecraft, en su modo Hunger Games, posteriormente llamado Survival Games, y a mods de Arma, tuvimos el boom de los battle royales, encabezado por ningún otro que Player Unknown’s Battlegrounds, mejor conocido como PUBG. PUGB fue un trancazo y lo peor de todo era que PUBG corría en el Unreal Engine 4, el mismo motor que había sido creado por Epic Games para su obra maestra. PUBG tuvo un ascenso estrepitoso en el mundo del gaming y, pronto, se creía que habíamos llegado al proverbial non plus ultra de los battle royales. Fortnite nos demostraría que, cuando algo es bueno, siempre puede ser mejor. Y es que Epic Games decidió incorporar el modo Battle Royale, tan popular en ese momento, a su juego, con la esperanza de subirse al tren y aprovechar el hype.
Pero Fortnite hizo más que eso. No sólo se sumó a la tendencia, sino que la redefinió y hasta superó con creces los números extraordinarios que había alcanzado PUBG. El secreto fue muy simple en realidad. A diferencia de PUBG, Fortnite no se esmeraba en ser crudo y realista, sino que sus gráficos parecían salidos de una película de Pixar, por lo que apelaba al gusto de cualquier jugador, sin importar su edad. Aunado a esto, Fortnite era gratis, mientras que PUBG costaba 30 dólares. Por si esto fuera poco, Fortnite estaba en todos lados: dispositivos iOS, consolas y PC. Y, por último, pero no menos importante, Fortnite siempre fue tratado como un organismo vivo, un juego que viviría de actualizaciones constantes y de sumarse a todas las tendencias dentro de la cultura pop.
Pero el momento definitivo para Fortnite vino gracias a Ninja, quien ya de por sí tenía una base de espectadores monstruosa al transmitir sus partidas de Fortnite, pero que rompió Internet cuando jugó junto con Drake. En ese momento, Fortnite pasó de ser otro juego de video más a ser parte del mainstream. Ahora, estaba bien visto jugar Fortnite, porque Drake jugaba Fortnite. Y las proverbiales compuertas de la represa se abrieron. Millones de jugadores de todo el mundo, expertos, casuales, veteranos, de todos los lugares y estratos sociales, corrieron a sumarse al fenómeno. Esto sólo se hizo más grande gracias a la ridícula cantidad que Epic Games inyectó a la primera copa mundial de Fortnite, con más de 100 millones de dólares. Todo para un juego que ni siquiera cobra por jugarlo.
Claro que no todo fue fácil para Fortnite. PUBG, su antiguo rival y al que le había robado el espacio bajo el reflector demandó por plagio. ¿El resultado? El juez determinó que gracias al tono, al humor y la dinámica de construcción, Fortnite se diferenciaba lo suficiente de PUBG como para no ser considerado una copia. Después de todo, el battle royale es un género y no es exclusivo de un juego. Es como si Nintendo quisiera demandar a cualquier juego que tuviera mecánicas de plataformas por parecerse a Mario. Pero lo que sí causó revuelo mediático con Fortnite fueron las demandas que tuvo por plagio de movimientos de baile y, de nuevo, todo cayó en una extraña área gris en la que se tenía que deliberar sobre si un paso de baile constituía algo que pudiera ser protegido por derechos de autor. Y, por supuesto, siempre que un juego es popular, no faltará quien pegue el grito en el cielo y lo acuse de generar violencia y, en el caso de Fortnite en concreto, adicciones.
Con todo esto, Fortnite, a la fecha, sigue siendo uno de los videojuegos más populares y, no sólo eso, gracias a sus constantes colaboraciones, ahora parece una olla en el que toda la cultura pop se funde y se une entre sí. Conciertos virtuales, el evento con mayor número de jugadores reunidos al mismo tiempo durante el ataque de Galactus, personajes de Star Wars, Marvel, Terminator, Depredador, John Wick, Gi Joe, jugadores de fútbol profesionales, parece ser que cualquier cosa que sea popular va a parar a Fortnite irremediablemente.