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Hay que aceptarlo, nuestra industria tiene muchos problemas. El gaming, como todo lo nuevo, ha sido atacado desde siempre por las generaciones anteriores por una u otra razón. Que si son satánicos, que si producen violencia, que si te dejan tonto, que si mil y una falacias que buscan echarle la culpa a algo que los viejitos no entienden. Tú y yo sabemos que los videojuegos ni crean asesinos ni te lavan el cerebro como en El candidato manchuriano ni te vuelven tonto. Bueno, no a todos. Pero de entre las controversias del gaming, hay algunas que dejaron tal impacto que, hoy, tus tías siguen creyendo como verdad. Éstas son las peores controversias en los videojuegos.
La masacre de Columbine
Dylan y Eric eran chicos perturbados. Un par de adolescentes dejados de lado por la sociedad, bulleados y aislados. Tenían severos problemas y encontraron una forma de expresar su ira adolescente de la única forma que el acceso universal a las armas en Estados Unidos les permitió: un tiroteo en su escuela; posiblemente, el más famoso de la historia. El problema es que a “América” le encantan sus armas y hay muchos intereses de por medio para evitar su regulación, y para impedir que dejen de venderlas en cualquier Wal-Mart. Por lo que fue más fácil culpar este hecho no a los complejos problemas sociales que lo originaron, sino a que a Eric y a Dylan les gustaba jugar Doom y escuchar a Marylin Manson. Oh, sí. El responsable del tiroteo escolar fue un juego de computadora en el que el objetivo es matar demonios con armas como la big fucking gun. Tiene sentido.
Pokémon
Si naciste en los 90, posiblemente recuerdes la Pokémanía. Ese periodo entre el 97 y el 2000 en el que todo mundo hablaba de Pokémon y buscabas a toda costa conseguir cualquier producto de los monstruos de bolsillo. Durante la fiebre amarilla, por Pikachu, no la verdadera fiebre amarilla, la gente empezó a demonizar estos monos chinos salidos de quién sabe dónde que buscaban el alma de nuestros niños. El colmo del asunto fue este video que, en su momento, se volvió viral, en el que un líder religioso de uno de esos cultos evangélicos explicaba por qué Pokémon era satánico. A esto no ayudó el hecho de que Alakazam tenía, en su cara, geometría satánica, al asemejarse al rostro de Baphomet y el pentagrama que lo conforma. Todas las mamás y las tías del mundo pegaron el grito en cielo y le declararon guerra santa a los Pikachus. Por supuesto, eventos como el ataque epiléptico producido en Japón a raíz del capítulo perdido del ánime de Pokémon “Porygon, el guerrero digital” y la creepypasta del tema de Pueblo Lavanda hicieron poco por ayudar a la imagen pública de Pokémon.
No Russian
Call of Duty es un juego en el que el objetivo y la mecánica es la de disparar y matar a otros. No importa quiénes sean, si son traficantes de armas, terroristas, soldados de gobiernos contrarios, golpistas, dictadores, lo que sea. El objetivo es matar. Pero ése nunca fue el problema; de hecho, todo bien con Call of Duty. El problema es cuando ese “matar” se aplicó a civiles desarmados en un aeropuerto, gracias a la controversial misión “No Russian”. Para evitarte los spoilers de Modern Warfare, basta con decir que tu objetivo en esa misión es abrir fuego contra civiles sin provocación alguna y, en resumen, llevar a cabo un ataque terrorista. Ah, sí, la palabra con T impronunciable en un aeropuerto ahora era una misión en un juego de video. La horda enardecida de mojigatos no se hizo esperar y No Russian fue condenada públicamente por propios y extraños.
Hot Coffee
Sexo. Ahora que tengo su atención, les cuento de Hot Coffe. GTA es un juego controversial en sí mismo. Robar, golpear, matar, atacar a la policía y glorificar el crimen forma parte de su lista de delitos. Y todo bien hasta ahí. La gente lo critica, pero lo deja existir. Pero el mundo, hipócrita como es, levantó el puño en contra del juego no por su contenido violento, sino por incluir sexo. Gracias al mod Hot Coffee, se rescató una función que no se había incluido en la versión final de GTA San Andreas, en la que podías tener sexo con tus intereses románticos por medio de un minijuego. Ni todas las balas disparadas causaron tanto revuelo como la presencia de escenas sexuales con gráficos poligonales. Eso nos habla de la doble moral de la gente que critica el gaming.
Adicción
Ya desde los 70, muchos investigadores trataban de entender el fenómeno de los videojuegos y lo que “le hacía a la mente de nuestros jóvenes”. Debido a Space Invaders, principalmente, la gente se preguntaba si los juegos causaban adicción. Pues no fue sino hasta 2019 que la OMS declaró oficialmente la existencia de una condición llamada adicción a los juegos de video. En ésta se incluyen actitudes negativas, como no poder dejar de jugar pese a los efectos negativos en la mente y cuerpo, la falta de control por jugar videojuegos, y priorizar a los juegos de video sobre cualquier otra actividad. Ah, pero eso sí, cuando la pandemia nos confinó a todos en nuestras casas y la gente se volvía loca al estar obligada a estar sola con sus propios pensamientos, esa misma OMS fue la que recomendó al gaming como una forma de mantener nuestra salud mental. ¿Quién los entiende?
