Los peores DLC en la historia de los videojuegos
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DLCs, esos tragos agridulces en la industria del gaming. Los de la vieja escuela conocimos estos contenidos descargables como expansiones, pero, gracias a Internet, se volvió mucho más fácil su distribución y, en turno, su compra. Hay DLCs gloriosos, legendarios, que expanden los límites del juego base y aportan a la historia, a la jugabilidad o a la diversión. Pero también hay DLCs nefastos, inútiles, meros intentos por exprimirnos nuestro bien habido dinero o, peor, DLCs que no son otra cosa que intentos infames por vender un juego completo por partes, las despreciables paywalls. Los estoy viendo, EA y Ubisoft. Pero dentro de los DLCs que nos hacen enojar de veras de veritas, existe lo peor de lo peor, la crème de la crap. Éstos son algunos de los peores DLCs por los que los estudios esperaban que les diéramos dinero, y más de uno cayó en la trampa.
Horse armor
Ah, sí, Horse Armor. Epítome de los DLCs frívolos e inútiles. En su momento, Oblivion fue un juego que revolucionó los RPGs y sentó las bases de lo que sería el género durante las generaciones por venir. Sin embargo, con toda su gloria y lustre, Oblivion fue marcado por uno de los peores DLCs que uno podía comprar: armadura para tu caballo. Así de simple, así de trágico. Esta armadura costaba dinero real y no hacía nada más que equipar a tu caballo con una armadura 100% cosmética, que no aumentaba su defensa ni servía para ninguna clase de interacción dentro del juego. En su momento, esto fue escandaloso, pero para estándares actuales, con juegos cuyo modelo de negocios es, precisamente, vender únicamente mejoras cosméticas (y con eso ganan millones, Fortnite), es una gota en el océano.
Battlefield 4 ultimate shortcut bundle
Hay un lugar especial en el infierno gamer para quienes buscan “mejorar” a billetazos. Ya sea al comprar bossts de experiencia, kits de ingredientes o, en el caso de Battlefield 4, todo un bundle dedicado para, como su nombre lo indica, tomar un atajo. Claro que una cosa es que estos paquetes “mejoren” la experiencia de un solo jugador, pero otra bien distinta es que permitan que cualquier jugador pueda subir de nivel, y adquirir armas mejores, que se desbloquean a través progreso natural, en el modo multijugador. Este paquete desbalanceó por completo el modo multijugador de Battlefield 4, pues permitía que, quien pudiera y quisiera pagarlo, tuviera acceso inmediato a armas muy por encima de su nivel, lo que ponía en desventaja a jugadores que preferían invertir horas de juego y experiencia antes de volver un guerrero de billetera.
Tiger Woods PGA Tour 13
Como mencionamos, uno de los peores pecados de los DLCs es que muchos terminan siendo partes de un juego que deberían estar en su versión completa desde el inicio. Y no hay mayor transgresor de esta práctica que este título de la serie de juegos de golf del golfista, Tiger Woods. Y es que, de los 36 cursos disponibles en el juego, 20 estaban bloqueados tras una barrera de pago. Es decir, más de la mitad del juego tenía que ser comprado, aún después de ya haber pagado precio completo por un juego, se supone, tiple A. El insulto a la herida venía en la forma de la posibilidad de rentar esos cursos. Así es, con mucho dinero del juego, el equivalente al obtenido al jugar 10 cursos de 18 hoyos, podías rentar una partida en los cursos bloqueados. Si ya de por sí el golf es aburrido, mucho más si tienes que grindear (graindear) en un juego de este deporte.
The Sabouteur: Midnight Show
Ah, The Sabouteur, ese juego sobre la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Quizás te haya gustado, quizás lo hayas odiado, pero eso no es lo importante. Lo que nos concierne de The Saboteur es su DLC Midnight Show. Y es que el juego te permite visitar los burdeles franceses, para ver a las chicas parisinas bailar. Pero el principal atractivo de The Midnight Show era que, al adquirirlo, podías ver esos shows, pero, ahora, las chicas estaban desnudas de la cintura para arriba. Así es, dinero real, para poder ver senos virtuales. Además de superfluo, misógino. Ni Duke Nukem se atrevió a tanto.
Mortal Kombat X: Easy Fatalities
Los fatalities han formado parte del ADN de Mortal Kombat desde su primer juego. Realizarlos tiene su grado de dificultad, ya que depende de una combinación de botones precisa, pero el resultado es sumamente satisfactorio y es una manera visualmente muy llamativa de humillar a tu contrincante derrotado. Precisamente por esta razón es que los Easy Fatalities fueron un insulto a los jugadores de Mortal Kombat X, quienes podían pagar para comprar la opción de llevar a cabo estos movimientos finales de manera más sencilla. ¿Lo peor? No era ni siquiera una opción que se desbloqueara y ya, sino un bien consumible.