Reseña de Ara: History Untold, estrategia a largo plazo
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En los juegos de estrategia, las mecánicas entrelazadas son lo más importante. Títulos en la línea de la serie Civilization han entendido la necesidad de plasmar los aspectos más cruciales del desarrollo de una sociedad y nos enseñan que no todo se trata todo el tiempo de combate y que la prosperidad se puede alcanzar de más de una forma.
Aquí es donde entra Ara: History Untold, un juego de estrategia en el que tomamos control de una civilización, y podemos guiar su desarrollo desde la antigüedad hasta la era moderna, con todos los avances tecnológicos, culturales y sociales que esto implica. Y, para quienes tienen el tiempo, la dedicación y la paciencia de entender a la perfección todas las mecánicas y submecánicas necesarias, el juego es un deleite, eso sí, de muy largo aliento.
En Ara tomamos control de una de las 36 civilizaciones disponibles, cada una comandada por uno de los 36 líderes posibles. Y, aunque de forma anacrónica, tenemos a héroes y soberanos que expanden siglos de historia a lo largo de los continentes. Lo realmente interesante aquí es que, además de los sospechosos usuales, como los japoneses o los españoles, Ara nos ofrece sociedades pocas veces representadas en estos juegos, pero cuyo valor histórico es innegable.
- Jeanne d’Arc – Francia
- Sejong – Corea
- Harun Al-Rashid – Abasíes
- Emperatriz Irene Sarantapechaena – Bizancio
- Shaka – Zulú
- Boudica – Celtas
- Isabel I – Inglaterra
- Genghis Khan – Mongolia
- Safo – Grecia
- Alejandro Magno – Macedonia
- Cesare Beccaria – Italia
- Nicolás Copérnico – Polonia
- Hildegarda de Bingen – Alemania
- Confucio – China
- Wu Zetan – China
- Senaquerib – Asiria
- Nefertiti – Egipto
- Catalina la Grande – Rusia
- George Washington – Estados Unidos
- Howard Florey – Australia
- Itzcoatl – Azteca
- Ashoka – India
- Leopoldo I – Bélgica
- Yaa Asantewaa – Ghana
- Amanirenas – Kush
- Tamar la Grande – Georgia
- Halie Selassie – Etiopía
- Tokugawa Ieyasu – Japón
Y aunque es extraño ver a un gobernante del siglo XVI a cargo de una sociedad de la Edad de Bronce, podemos obviar esos detalles si nos enfocamos en el avance de nuestra sociedad. No vamos a mentir. Ara: History Untold no es para cualquiera. El juego tiene un enfoque altamente minucioso en el desarrollo de cada aspecto de la civilización, al punto de que podríamos llamarlo un micromanagement extremo. Los jugadores son capaces de desarrollar tecnologías principales, productos a partir de esas tecnologías, y avances en esos productos, para mejorar la creación de otros recursos. Es toda una cadena de procesos con una curva de aprendizaje empinada, pero eso sí, el resultado de tener tu motor en marcha es sumamente satisfactorio.
Para darle más vida al mundo y trata de capturar la esencia propia de la historia, el juego tiene eventos de forma regular en el que nos enfrentamos a decisiones que pueden costarnos recursos, pero nos dan beneficios a cambio. Aunque también pueden alterar significativa el curso de nuestra propia historia y de nuestra relación con otras culturas. Decidir de una forma u otra va forjando cómo es el carácter de nuestro pueblo y, en turno, cómo somos percibidos como líderes al interior y al exterior.
Aunque el combate es definitivamente una parte importante del juego, no es la única manera de prosperar. Ara se gana con puntos de prestigio; quien tiene más, es el vencedor. Y para lograrlos, podemos enfocarnos en aspectos de comercio, cultura, religión o combate. Elementos como la creación de nuestra Obra Maestra o de grandes obras arquitectónicas de valor cultural incalculable abonan a nuestra calificación final. Pero no todo tiene que ser así de grandioso para probar la valía de nuestro pueblo, ya que incluso nuestras artesanías o la forma en la que se expande nuestra religión y el área de impacto que tiene forman parte de este puntaje. En este sentido, la estrategia de cada jugador puede adaptarse no sólo a la civilización, sino a la manera en la que quiera salir adelante. Eso sí, nunca está de más tener un ejército poderoso, aunque sea para defensa, porque cuando alguien tiene algo bueno, siempre habrá alguien que lo desee, y las ambiciones expansionistas se encuentran hasta en la sociedad más pacífica. Con territorios limitados y varios jugadores habitando el mismo mapa, el conflicto llegará de forma inevitable, lo que puede resolverse de la manera diplomática o a espadazos.
Visualmente, el juego no es especialmente atractivo. De hecho, podría decirse que fuera del estilo de sus líderes, el juego es muy poco inspirado y hasta las animaciones de sus batallas lucen como un juego de hace 20 años. Y se entiende, los desarrolladores no quisieron enfocarse en el aspecto visual, porque lo importante es la estrategia y las mecánicas, pero sí se vuelve rápidamente monótono y tienes que subsanar mucho de lo que podría verse en pantalla con la imaginación. En este sentido, Ara podría considerarse más bien un juego de mesa animado. En cuanto a la música de fondo, que estarás escuchando al menos 3 o 4 horas, si bien incorpora elementos propios de cada cultura, y eso se agradece, también se vuelve monótona muy rápido, y termina pareciendo más bien música de fondo que uno pone para estudiar o concentrarse.
El problema real de Ara es también su mayor virtud: su complejidad. Y no que el juego sea difícil, sino que de verdad se siente a ratos como una tarea más que un juego, con todo y su impresionantemente comprensiva Encarta, una enciclopedia que explica todo aspecto del juego, así como todos los elementos históricos representados. Dedicarse a elevar una civilización desde el inicio de la historia hasta el presente llevará varios cientos (si no es que miles) de turnos y tendrás que entender nuevas submecánicas en cada nueva era. De la misma forma en la que la humanidad tuvo que cambiar de ser nómada a sedentario, que cambiamos el culto al sol por el monoteísmo, que cambiaron las carretas por vehículos y que se reemplazó la monarquía teocrática por la democracia, los jugadores tienen que ajustarse todo el tiempo a los cambios que ellos mismos provocan, con las minucias que eso trae consigo, para bien y para mal. Para los amantes de los juegos de estrategia a largo plazo, esto es glorioso, pero para los jugadores más acostumbrados a acción y resultados inmediatos, puede que no ser la opción más llamativa.
Ara: History Untold es una entrada competente en los juegos de estrategia, con un nivel de profundidad mecánica sobrecogedora, pero elegante. Ya se encuentra disponible en PC, así como en Game Pass como estreno de día 1.
Calificación final: 7/10