Reseña de Life is Strange: Double Exposure, una imagen vale más que mil palabras
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Cuando el primer Life is Strange llegó a los jugadores de todo el mundo, tuvimos acceso a un juego en el que la narrativa y las interacciones entre los personajes daban forma a la experiencia. La capacidad de Max de rebobinar el tiempo permitía crear puzzles intrincados y pensar nuestras decisiones a cada paso, siempre con la expectativa de llegar a puntos cruciales en los que todos ería irreversible. Esta evolución natural a los juegos point and click, pero a un nivel mucho más inmersivo, combinado con una historia profunda, sumamente humana que no se tentaba el corazón a la hora de soltar sus golpes más duros, dio como resultado un juego francamente único en su momento y, durante años, quisimos saber más de Max Caulfield y sus habilidades. Y aunque la franquicia se mantuvo activa con más historias y expansión del universo, necesitábamos una aventura nuevamente con Max como protagonista.
Llega Life is Strange: Double Exposure, una secuela directa del primer Life is Strange en la que, ahora, tomamos el control de una Max adulta, una Max que ha logrado superar su pasado en Arcadia Bay, quien ha logrado éxito como fotógrafa y, ahora, se enfrenta a su mayor reto: echar raíces en un lugar, forjar nuevas relaciones, desarrollar nuevas amistades y dejar de vivir en el pasado, para empezar a pensar en un futuro. Max es una fotógrafa reconocida que logró una residencia en una universidad, gracias a que la decana vio su trabajo en una exposición y la invitó a participar con un seminario. Esto le da a Max un respiro de su vida en el camino, buscando espacios derruidos y tomando fotografías en exploración urbana, una parte que nos habría encantado conocer de ella de primer mano, y de la que tenemos un vistazo en el prólogo del juego.
Este juego nos presenta una nueva habilidad de Max, al centro de un misterio que la toca personalmente. Ya no se trata de regresar el tiempo, sino de ver dos líneas temporales al mismo tiempo, como una Polaroid con doble exposición en la que ambos mundos se combinan y sólo ella es el puente entre realidades. Un mundo en el que su nueva mejor amiga está muerta y otro en el que sigue con vida y, quizás, al resolver esta paradoja pueda salvarla, y a ella misma en el proceso.
Life is Strange: Double Exposure es una secuela que tenía, de entrada, u a tarea imposible: cómo manejar la decisión final, tan divisiva para los jugadores, del primer juego. Y, aunque nos habría gustado que tuviera más peso del que al final resultó, lo cierto es que es una de las primeras tareas que el juego aborda de frente y te deja a ti, jugador, elegir el destino de Chloe y Arcadia Bay, sí, una vez más. Esta decisión tan definitoria se vuelve una pregunta crucial que repercute a lo largo del juego. Si Chloe vive, ya no estará con Max, pues sus formas de ser y ver la vida terminaron por chocar eventualmente. Eso sí, ella seguirá con vida y podremos seguir sus actualizaciones en redes sociales de forma periódica. En cambio, si decidimos salvar Arcadia Bay, Chloe estará muerta y las interacciones de Max en las que menciona su pasado irán en ese sentido. En ambos casos, la decisión realmente no afecta la nueva historia y su desenlace, pero lo que sí afecta es cómo Max habla de su pasado, cómo se relaciona con otros y algunos de sus diálogos. Esto da peso y vida al juego anterior y nos recuerda constantemente que nuestras decisiones tuvieron y siguen teniendo peso.
El juego sigue la misma fórmula básica de su predecesor, una aventura lineal con escenarios cerrados en los que deberemos reunir pistas y resolver puzzles, para avanzar. La mayoría de las soluciones se logran hablando con las personas, un intercambio en el que podemos conocer más de ellos, su entorno y lo que pasa, pero también hacemos uso de las habilidades de Max; en este caso, la doble exposición. En una realidad, Safi, la nueva mejor amiga de Max, murió en circunstancias sospechosas, mientras que, en la otra, ella sigue con vida, aunque hay un nuevo misterio, una amenaza alrededor de ella que podría llevar, nuevamente a una tragedia. Esto permite que Max pueda hacer dos cosas principalmente: ver y escuchar lo que sucede en una realidad mientras está en la otra, con ayuda de la Doble Exposición, lo que superpone ambas realidades en conflicto, y, por otra parte, Max puede incluso saltar entre realidades en puntos específicos fuera de la vista de los demás. Esto, incluso, le permite llevar consigo objetos físicos entre realidades, siempre que estén con ella.
Esta mecánica de ver y cambiar las realidades para resolver puzzles nos remite de forma inmediata a títulos como The Legend of Zelda: Oracle of Seasons/Ages u Ocarina of Time, en el que los cambios realizados en un tiempo afectan el entorno, lo que nos permite movernos de formas distintas, ya que los obstáculos en una realidad pueden no estar en otra. Un árbol caído, una puerta cerrada, una llave a la que tenemos acceso. Esta aporta dinamismo a la solución de puzzles y nos invita a pensar, como diría el Dr Brown, en la Cuarta Dimensión. En cuanto a los controles, al no tener demasiadas variables en juego, son sumamente responsivos, con mucha suavidad a la hora de controlar a Max, lo que vuelve la búsqueda de minucias y detalles algo agradable y para nada tedioso.
En cuanto a la historia, es sumamente intrigante y muy interesante cómo se va desvelando el misterio alrededor de la muerte de Safi. Cada interacción con los personajes aporta a la tensión y nos hace ver que todos tienen algo por ocultar, que todos tienen su propia agenda y no sabemos en quién confiar y a quién creerle. En ese sentido, la escritura es excepcional, y no decepciona, así como el primer juego que inició esta franquicia. Aunque, eso sí, la historia es más poderosa en el primer juego que en éste, con más ganchos al hígado mejor colocados. Esto no significa que la historia de Double Exposure no sea buena; al contrario, cuando hace su giro de tuerca, gira con fuerza y le da la vuelta a todo lo que creíamos conocer de este mundo. De hecho, lo que sí logra hacer Double Exposure es ampliar el panorama de la realidad de Max, y vuelve cohesivo el mundo en el que habitan todos los juegos de Life is Strange. Un misterio de pueblo pequeño puede desencadenar en un cambio completo a todo el planeta y cómo entendemos nuestra presencia en él.
Visualmente, al apostar por el estilo sobre el realismo, el juego luce excelente. La misma dirección de arte del juego original, pero con las ventajas gráficas de la generación actual. Sus ambientes están construidos de forma minuciosa, hay detalles por todos lados, los colores son vibrantes y los efectos son agradables a la vista. La música, como siempre, tiene un papel preponderante en la narrativa y el soundtrack no deja a desear. Los momentos reflexivos que Mas pueden tener siempre van acompañados de la canción perfecta y se vuelven una pieza altamente cinematográfica. Y los diálogos nos hacen sentir que estamos tratando con personas reales, incluso lo que Max comenta para sí misma cada que tiene interacción con un objeto nos hace recordar por qué es un personaje tan querido y sumamente carismático.
Quizás el único punto negativo de todo es que las decisiones, que parecen ser tan importantes en su momento, no terminan siéndolo tanto. Sí, al final de cada capítulo, nos dicen qué decisiones tomamos, sus repercusiones y cómo ha decidido el resto de la población de jugadores, pero no se siente que realmente haya consecuencias tangibles de las decisiones más importantes, y ni hablar de las menores. Sí, en su momento añaden a la tensión, pero la paga es muy poca, para la forma dramática de pensarse cada decisión que tendrá consecuencias indelebles.
Life is Strange: Double Exposure es un gran juego de aventuras y puzzles con un misterio atrapante al frente y al centro. Es un juego que nos invita a conectar con nuestras emociones, a entender que las decisiones tienen consecuencias, a ver el pasado como algo distante pero constantemente acechando, y al futuro como una posibilidad deseable por el que tenemos que trabajar en el presente. De esta forma, es una experiencia que nos ofrece personajes entrañables lo mismo que altamenta falibles, pero sin dejar de lado su humanidad.
¿Para qué plataformas está disponible Life is Strange: double Exposure?
Puedes conseguir este título para PlayStation 5, Xbox Series S/X y PC, a través de Steam o por medio de la tienda digital de Windows.
¿Cuándo sale Life is Strange: Double Exposure?
El juego ya se encuentra disponible en su versión estándar, de lujo y Ultimate. Las diferencias entre las tres versiones digitales es la cantidad de vestuarios únicos para Max, que no afectan en nada la jugabilidad ni la historia.