Tetris, el mayor robo en la historia de los videojuegos

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Ellen M. Banner/The Seattle Times

En la industria de los videojuegos, un mercado que tiene ya décadas de existir, han existido historias extraordinarias, relatos fascinantes y noticias que nos han indignado. Desde hackeos masivos hasta plagios, pero, sin duda, el robo más grande de la historia en este mundo que tanto amamos es la del ruso Alexey Pajitnov. Quizás ya viste la película sobre la historia de Tetris, pero siempre es buena idea recordar la creación más famosa de Alexey y analizar la historia de cómo este genio fue víctima de robos a diestra y siniestra, cuando él sólo quería crear un juego que hiciera feliz al mundo. ¿Conoces la historia de Tetris?

Alexey Pajitnov es un programador oriundo de Rusia, aunque él nació en ese país cuando todavía estaba constituida la infame Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, o, en términos simples, la Unión Soviética. Alexey era fanático de un juego de destreza manual tradicional de Rusia, en el que se usan pentominos, es decir, figuras de madera compuestas de cinco cuadrados pequeños conectados entre sí de forma ortogonal con 12 diferentes formas. Alexey quería llevar la experiencia de los pentominos a su área de experiencia, la programación por computadora. Después de varias versiones y de un proceso arduo de prueba y error, Alexey creó Tetris, al simplificar los pentominos y, en su lugar, crear los tetrominos, de los cuales sólo hay siete variaciones. El juego fue un éxito entre sus amigos y colegas, quienes rápidamente se volvieron adictos a Tetris, cuyo nombre viene de la fusión de Tetra, o sea cuatro, y Tennis. 

Al ver el potencial comercial de Tetris, Alexey quiso encontrar una forma de distribuir el juego en masa. Sin embargo, la Unión Soviética, al ser un régimen comunista, no tenía permitido que los inventores tuvieran propiedad privada y de explotación sobre sus creaciones. Debido a estas restricciones, Alexey buscó ayuda en el exterior, más allá de Cortina de Hierro y, aunque parecía una buena idea, este hecho iniciaría una de las odiseas legales más complicadas y traperas de la historia. Alexey, al desconocer de leyes de propiedad intelectual y cómo funcionaban los contratos de esta naturaleza, fue defraudado por quien le prometió ayudar a comercializar Tetris. Y es que, sí, el juego fue un éxito, primero en Europa oriental, luego en toda Europa y, posteriormente, en Estados Unidos, pero, aunque más de una docena de compañías clamaban tener los derechos de Tetris y el juego se vendía por millones, Alexey Pajitnov no recibió un centavo de esas ventas ni de esas negociaciones. No fue sino hasta que la Elektronorgtechnica, Elorg, la compañía soviética a cargo de la importación y exportaciones de software, tomó conocimiento de este caso que se pudo iniciar una negociación. Por desgracia, Alexey estaba, de nuevo, frente a la espada y la pared, ya que Elorg exigió 80% de los ingresos por las ventas y licencias de Tetris.

La batalla legal continuaba y, mientras tanto, Tetris se seguía vendiendo y todos, menos Alexey, hacían dinero con el juego. No fue sino hasta que Nintendo quiso publicar Tetris para acompañar a su Game Boy, próximo a lanzarse, que Alexey vio un rayo de esperanza. Nintendo también tuvo que enfrentarse a una batalla legal intensa en las cortes norteamericanas, contra un titán de la industria en ese entonces, nada más y nada menos que el propio Atari. Nintendo ganó y los cartuchos de Tetris producidos por Atari para el Famicom de Nintendo tuvieron que ser retirados y almacenados. Ahora, con Nintendo con el sartén por el mango, las cosas parecían ir en la dirección correcta. En cuanto al socio de Alexey que firmó tantos contratos sobre la licencia de Tetris sin siquiera ser dueño, Elorg y Nintendo redactaron un contrato para que sólo pudiera tener derecho sobre la explotación de Tetris para computadora y dado que las consolas de videojuegos y las consolas portátiles no eran computadoras a la luz del contrato, todo el beneficio iría para Nintendo y Elorg, quien recibiría 500 mil dólares y 50 centavos por cada cartucho vendido.

¿Y Alexey? Gracias al ruido creado por el escándalo legal, pudo viajar a Estados Unidos y ser entrevistado por todos los medios sobre electrónicos. Se enamoró tanto de la libertad del mundo occidental que, eventualmente, migraría a este país, para dedicarse a hacer lo que ama. Alexey por fin recuperó la licencia de Tetris en 1996, 12 años después de que había creado el juego y creó la Tetris Company. Al caer la unión Soviética, Elorg pasó a ser una empresa privada y la Tetris Company terminó por comprarle el resto de los derechos a ella y al puñado de pequeñas empresas que aún tenían algún tipo de poder sobre el juego. 

Pese a haber sido defraudado y engañado por supuestos amigos y por su propio gobierno, Alexey no estuvo triste, sino que se encontraba encantado con la idea de que tantas personas en el mundo disfrutaran y fueran felices con su creación. Tetris fue, durante años, el juego más vendido de la historia y, su creador, una víctima de un de los robos más descarados.

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