Todos los papás deberían jugar videojuegos, descubre por qué
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Papás gamers, el sueño de todo niño y adolescente. Imagina tener un papá que se siente contigo a jugar, que te enseñe juegos nuevos o te ayude con algo en lo que tengas problema en un videojuego. Un papá que, antes de ser papá, fuera un gamer y, ahora que te tiene, es su momento de compartir contigo toda su experiencia de años de juegos. Aunque solemos ver imágenes de papás desafortunados que cambian la consola por los pañales y los controles por los biberones, quizás no debería ser el caso, ya que los videojuegos, como en muchos otros aspectos de la vida, podrían ayudar a los hombres a ser mejores padres.
Multitasking
Ser multitask, es decir, ser capaz de realizar varias actividades al mismo tiempo al distribuir tu atención, es un mito para algunos y algo totalmente imposible para otros. Sin embargo, los gamers sabemos que esto es una realidad y lo aplicamos todo el tiempo. Voltea a ver el control de tu consola. Ve cuántos botones tiene. Sin darte cuenta, estás coordinando más de una docena de botones sin ver, para realizar acciones en pantalla. Golpea, retrocede, esquiva, dispara, salta, cúrate, golpea de nuevo, pero no descuides al NPC que escoltas, dispara, construye, esquiva, headshot. Todos esos procesos los hacemos al mismo tiempo y existen pruebas cognitivas que hablan de la realidad del multitask en los gamers. Y, si alguien necesita poder hacer varias cosas a la vez es un papá, quien tiene que pensar en el trabajo, la escuela, la comida, jugar, la esposa, el otro hijo, las cuentas, jugar un poco más, ejercicio. Ser papá requiere de un tipo muy especial de persona.
Aliviar la tensión
A diferencia de lo que los medios sensacionalistas nos quieren hacer creer, los videojuegos no generan gente violenta, sino que, por el contrario, nos permite canalizar nuestra tensión, nuestra ansiedad y nuestro enojo de una manera saludable. Es el equivalente a ver obras de teatro con temáticas violentas y crudas o, más actualmente, ver películas de terror. Un videojuego violento es un escaparate para nuestras emociones y nos permite liberar esa tensión de manera saludable. Es mejor golpear a alguien en el Smash que golpear una pared, después de todo. Los padres modernos están sujetos a una gran cantidad de tensiones, producto del estilo de vida acelerado. Muchos ceden ante la presión y liberan la tensión de manera menos saludable, por ejemplo, siendo violentos o recurriendo a vicios y otros comportamientos nocivos. En cambio, los gamers sabemos que nada alivia más la tensión que una sesión de juegos larga y productiva. Después de todo, es mucho mejor gritarle a la pantalla que gritarle a tu familia. Da en qué pensar.
Tolerancia a la frustración
Esto nos lleva al siguiente punto, la tolerancia a la frustración. Si has jugador Dark Souls, estás acostumbrado a morir y morir sin más remedio que seguirlo intentando. Los videojuegos, sobre todo los clásicos, están diseñados para presentarnos situaciones progresivamente más difíciles, con el fin de que aprendamos de nuestros errores y progresemos, aprendamos y nos volvamos mejores. Es por eso por lo que dicen que los videojuegos nos enseñan a caer 100 veces, pero también nos enseñan a levantarnos 101 veces. Aprender a manejar nuestras expectativas y frustración nos vuelve personas sentimentalmente más maduras y equilibradas, algo que todos los padres necesitan. La paternidad es una etapa emocionante, pero está llena de frustración y nuevos retos por superar. Un padre gamer sabrá vencer esos obstáculos y seguir intentándolo sin decepcionar a su equipo.
Actualización constante
Por último, uno de los grandes beneficios de jugar videojuegos como papá es poder comunicarte con tus hijos en un lenguaje que ellos entienden. Ese vínculo en común es algo invaluable que pocas relaciones padres-hijos tienen. Algunos hijos siguen los pasos de su padre en la carrera y trabajo que eligen; otros, practican deportes juntos, incluso existen los que les enseñan a tocar algún instrumento. Los padres gamers pueden compartir un juego con su hijo, volverse su compañero de juegos cooperativos o hasta su dúo en juegos competitivos. Además de eso, un padre que juega videojuegos puede conocer historias valiosas y aprender lecciones que sólo un videojuego te puede dar. Hay grandes padres de los cuales aprender lecciones de vida, desde Kratos y Marcus Phoenix hasta Joel y John Marston. Jugar nos abre la puerta a diferentes experiencias, culturas y realidades, las cuales, como padres, pueden compartir directamente con sus hijos. Y creo que eso es algo hermoso.