Yuzu respondió a la demanda de Nintendo, el futuro de los emuladores podría depender de este caso
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Hace algunos días, Nintendo anunció sus acciones legales en contra de Tropic Haze, la compañía a cargo del desarrollo de Yuzu, el popular emulador de Switch. Y es que, si bien la emulación en sí misma es perfectamente legal, Nintendo argumenta que Yuzu y sus creadores han facilitado la piratería en “niveles colosales“, por lo que buscan compensación por daños, así como el cierre total del emulador.
Tropic Haze, por su parte, no se ha pronunciado en ninguna forma de comunicación oficial, aunque ya respondieron en tribunales a la demanda de Nintendo. Ahora, la empresa sostiene que buscará representación legal, para contestar el señalamiento.
Yuzu has responded to the Nintendo summons and they have a lawyer now pic.twitter.com/Q2Sk1CKZrQ
— PC_Focus 🔴🏴☠️ (@PC_Focus_) March 1, 2024
Tropic Haze será representado por los servicios legales de Pierce Atwood LLP, quienes responderán con la papelería correspondiente dentro del plazo de 60 días desde el inicio del proceso, el 27 de febrero de este año. Por lo que, en menos de dos meses, deberemos tener más noticias sobre el desarrollo del caso en tribunales.
De acuerdo con Nintendo, al menos un millón de copias piratas de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom fueron accedidas antes de la fecha oficial del lanzamiento del juego gracias a Yuzu, quienes no sólo facilitan el software para la emulación, sino que están acusados de violar los términos y condiciones del uso del Switch y su arquitectura interna, al piratear el firmware de la consola. No sólo eso, sino que empezaron a circular capturas de pantalla del servidor de Discord de Yuzu; en ellas, se aprecia cómo se facilita a los usuarios el acceso a ROMs piratas para el Nitnendo Switch, acto que, a diferencia de la emulación, sí es completamente ilegal.
Vale la pena recordar el caso de Gary Bowser, acusado también de piratería y de hackear el Nintendo Switch, acto por el que se le condenó a un castigo ejemplar: entregar 30% de sus ingresos a Nintendo por el resto de su vida, para saldar el daño hecho a la empresa japonesa más longeva en el mundo de los videojuegos.