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Los estadounidenses nunca han estado tan confiados. Los europeos nunca se han sentido tan incómodos. Después de una larga espera de dos años, la Copa Ryder dará inicio. Ambos están entusiasmados por comenzar la próxima edición fuera de Roma, pero por razones distintas.
Estados Unidos viene de su victoria más dispareja en Whistling Straits y tiene razones para creer que puede inclinar la serie en su favor con un poderoso equipo joven. Mientras celebraban ese otoño hace dos años, Jordan Spieth ya pensaba en la siguiente edición.
“Si jugamos como esta semana, el marcador será el mismo allá”, anunció.
El inglés, Tommy Fleetwood, recordó cuánto les dolió ver a los estadounidenses celebrar.
“Todos nos paramos y pensamos ‘Queremos volver a tener la oportunidad’”, indicó Fleetwood. “En el vuelo de regreso, aunque estábamos sensibles ya estábamos planeando qué podíamos hacer mejor”.
La 44ma edición de la Copa Ryder inicia el 29 de septiembre en Marco Simone con dos equipos que se ven muy diferentes dos años después.
Por un lado es la edad, cuatro de los golfistas europeos tenían más de 40 años. Por el otro, ocho jugadores de la Copa dejaron a la PGA por la liga LIV Golf, mientras que el equipo europeo los dejó a todos fuera; Estados Unidos estableció una marca muy alta para ser considerado en el equipo.
El estadounidense, Brooks Koepka, es el único jugador de LIV Golf que regresó tras ganar el PGA Championship y quedar segundo en el Masters.
Cinco jugadores del equipo de Estados Unidos no habían nacido la última vez que su país ganó la Copa Ryder en Europa. Esto fue en 1993 en The Belfry, Inglaterra.
“Es una locura”, reconoció Scheffler sobre las seis derrotas seguidas de visita con equipos que incluyeron a los Salón de la Fama: Tiger Woods y Phil Mickelson, así como Spieth y Dustin Johnson. “Grandes jugadores, esto sólo demuestra lo difícil que es”.
Es difícil ignorar los 30 años de historia y que sugiere que es más que una coincidencia.
Europa prefiere que los campos de golf beneficien sus fortalezas: denso rough que enaltece la precisión, greens más lentos para permitir putts más agresivos.
Y luego están los aficionados. Hace dos años la galería en Whistling Straits se inclinó casi en su totalidad por Estados Unidos debido a las restricciones de viaje por la pandemia de COVID-19.
Marco Simone es el tercer campo en Europa continental que recibe la Copa Ryder. Los otros dos fueron Valderrama en España (1997) y Le Golf National en Francia (2018). Ambos llevaron a victorias europeas, una racha que esperan continuar.
Los estadounidenses quieren poner fin a esa racha y esperan poder llevar el impulso de la Copa Ryder en Wisconsin a su siguiente parada.