Rory McIlroy comparte el liderato del US Open tras una primera ronda sin bogeys
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Rory McIlroy logró su primera ronda libre de bogeys en un major desde hace 10 años, la última vez que ganó uno de estos torneos, y cerró el jueves compartiendo con Patrick Cantlay la cima del U.S. Open.
El norirlandés firmó una tarjeta de 65 golpes, cinco bajo par, en su duelo cerrado con su némesis estadounidense.
McIlroy consiguió una entre apenas dos tarjetas sin bogey, toda una rareza en el campo número 2 de Pinehurst. Coronó su recorrido con un putt de 20 pies para birdie en el hoyo 18. Daba su cuarto paso hacia el hoyo pero cambió de trayectoria cuando se dio cuenta que la pelota entró, antes de dirigir un saludo a la multitud en el graderío de dos niveles.
Eso fue quizá lo único que no salió como McIlroy pensaba.
“No estaba alardeando. Pensé que me había quedado corto”, explicó. “Pero la pelota entró, y fue algo bueno. Fue una buena manera de terminar. Por la forma en que jugué hoy, en que golpeé la bola y en que me conduje, siento que el marcador es bastante merecido”.
Cantlay jugó por la mañana, bajo un sol radiante. Recompuso la marcha desde una trampa de arena para un birdie en su segundo hoyo. Logró un par de putts para birdie en el rango de 20 pies, durante una ronda casi impecable, afectada sólo por un bogey.
El campo 2 de Pinehurst permitió jugar, lo que llevó a que más de una docena de golfistas quedara por debajo del par. Scottie Scheffler, campeón del Masters, no fue uno de ellos. El golfista número uno del mundo, quien venía de lograr su quinto triunfo del año en el Memorial, fue la imagen viva de la frustración —afeitado y con un nuevo corte de cabello pero sin lucir su control habitual en los tiros de salida.
Aun así logró un 71 y estuvo en la pelea.
Tiger Woods no puede decir lo mismo. Luego de un buen inicio, incurrió en cinco bogeys a lo largo de un tramo de siete hoyos cerca del cambio de sentido, para una tarjeta de 74. Fue su duodécima ronda consecutiva en majors sin ubicarse debajo del par.
Ludvig Aberg, debutante en el torneo, dejó su tiro de salida a seis pies del temible hoyo 9, par 3, para un birdie y una ronda de 66. Cada major es algo nuevo para el astro naciente de Suecia, quien se convirtió en profesional hace apenas un año. Fue segundo en el Masters.
Bryson DeChambeau, segundo en el Campeonato de la PGA realizado el mes anterior en Valhalla, tuvo un 67, lo mismo que el francés Matthieu Pavon.
El latinoamericano mejor ubicado fue el argentino Emiliano Grillo, con una tarjeta de 70 golpes, igualada en par.