Tras 50 años en la lucha libre, Fire tiene la ilusión de retirarse en la Arena México, inmueble que por muchos años fue su casa y en el que vivió su mejor etapa como gladiador profesional.
Después de tantas batallas y de darles vida a otros personajes como Mascarita Mágica, el oriundo de Guanajuato sólo tiene una cosa en mente, el tener la oportunidad de protagonizar un último combate en el coso de la Colonia Doctores.
“Afortunadamente sigo vigente y en pie de guerra. Me he mantenido de la mejor manera posible, tanto física como mentalmente, con trabajo y entrenamientos, pues siempre he sido un profesional y muy dedicado a mi profesión, por lo que todavía hoy me encuentro en un muy buen estado para sostener una última lucha en mi casa, la Arena México, misma que sería la de mi retiro del Consejo Mundial”, mencionó Fire.
El saeta, de 1.58 metros de estatura y 65 kilogramos de peso, maneja las dos escuelas, al declararse un total conocedor de la rudeza y un amante de la técnica.
“Hace muchos años, el señor Paco Alonso y Chavo Lutteroth me abrieron las puertas de la Arena México y estoy muy agradecido con ellos. Viví una época de ensueño en el Consejo Mundial, por lo que ahora me ilusiona mucho la idea de poder tener una última lucha ahí, en ese ring sagrado; ojalá y se me dé esa oportunidad”, agregó.
La Apachina es su llave favorita para castigar a sus rivales, misma con la que castiga y lastima todo el cuerpo de su oponente: “Nadie puede resistirse a esa llave”.
Eso sí, en el 2008 le tocó pasar por uno de los momentos más amargos, al perder la máscara de Fire ante Último Dragoncito en la Arena Puebla, en una de las funciones del CMLL.
“Fue una noche en la que fue mejor que yo, me ganó bien y lo reconozco, pero nunca me di por vencido y me mantuve a lo largo de estos años. Ahora pertenezco al circuito independiente y por ello deseo volver a mi casa, la Arena México, para una última lucha, ahí”.