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Tras asegurar el subcampeonato de pilotos de la Fórmula 1, el piloto mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez abordó cómo enfrenta la constante presión que implica ser parte de la élite de la velocidad. Su filosofía, aparentemente simple pero profundamente efectiva, ofrece una visión valiosa sobre su enfoque en el exigente mundo de las carreras automovilísticas.
Con un calendario que lleva a los pilotos de un extremo del planeta al otro en cuestión de días, Checo reconoció la agotadora rutina, pero también resaltó la belleza y la fugacidad de su carrera.
“Me enfoco en las cosas que yo pueda mejorar y cambiar. Y en lo que no, intento que me valga madre (risas). Vivimos no sé cuántas semanas al año de viaje y estamos por todo el mundo. Viajamos de un continente a otro en cuestión de días. Por ejemplo, terminamos en Las Vegas y vamos directos a Abu Dhabi. Así es nuestra vida. Termina Abu Dhabi, tengo que ir a Japón con Honda. De Japón tengo que ir a Inglaterra. De Inglaterra tengo unos pocos días de vacaciones”.
“Tenemos una agenda complicada, dura, pero también increíble; nuestras carreras como deportistas no son para toda la vida entonces soy muy consciente de ello y aprovechar mucho ahora. Estamos viviendo momentos increíbles que en pocos años serán recuerdos, entonces es importante disfrutarlos”, declaró Checo para la revista People.
Preparación física y mental
El piloto también compartió sus reflexiones sobre la preparación física y psicológica necesaria para enfrentar los desafíos de la Fórmula 1. Pérez sigue una rutina rigurosa que equilibra la exigencia física con la necesidad de recuperación constante. Además, destaca la importancia de mantener un equilibrio mental en un deporte que requiere toma de decisiones rápidas y precisas.
“Físicamente tengo una rutina muy exigente, de mucha recuperación, necesitamos mantener nuestra forma física durante toda la temporada y los compromisos, todos estos viajes. Se vuelve muy difícil mantener la forma física como piloto de la Fórmula 1 por todos los compromisos que hay y mentalmente balanceado, pensando bien las cosas.
“Pero tampoco me gusta darle muchas vueltas a las cosas; soy muy práctico y cosas que me sirven las tomo y las que no lo dejo. Esa parte me ha servido mucho enfocarme en las cosas que yo puedo cambiar y en lo demás no dedico ni medio minuto”, señaló el tapatío.