Christian Horner se sube por primera vez a un Red Bull: “Fue un gran honor conducir un coche ganador”

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Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, compartió su experiencia tras conducir un monoplaza en el circuito de Silverstone el pasado jueves, mientras Liam Lawson hacía pruebas con el RB20. Horner se subió al RB8 de 2012, el coche con el que Sebastian Vettel ganó su tercer campeonato del mundo, y así lo relató en palabras recopiladas por motorsport.com en su aparición en el Festival de la Velocidad de Goodwood.

Primera vez en un Red Bull

Horner expresó su emoción por la oportunidad de conducir un coche de Red Bull, destacando la novedad de manejar un vehículo con características modernas.

“Ha sido divertido. Es la primera vez que conduzco un coche de Red Bull y, desde luego, la primera vez con un embrague manual y dos pedales”.

Oportunidad inesperada

Comentó cómo surgió la oportunidad de sustituir a Sebastian Vettel, quien estaba de vacaciones con su familia.

“Sebastian Vettel iba a conducir uno de los coches aquí, pero está de vacaciones con su familia y no pudo venir a Goodwood, así que los chicos sugirieron por qué no lo conduces tú”.

Experiencia única

Horner recordó su última experiencia conduciendo un monoplaza en 1998 y un coche de Fórmula 1 en 1993, y cómo aprovechó esta oportunidad para manejar un coche ganador del campeonato.

“No he conducido un monoplaza desde 1998 y un coche de Fórmula 1 desde 1993. Así que pensé que ayer tenía la oportunidad de conducir un coche con embrague manual y freno con el pie izquierdo. Fue un gran honor y un gran privilegio conducir uno de estos coches increíbles, un coche ganador del campeonato. Así que seré el sustituto de Sebastian durante el fin de semana aquí en Goodwood”.

Impresiones sobre el coche

Finalmente, Horner compartió su sorpresa por la velocidad y la influencia aerodinámica del coche, describiendo su experiencia al frenar y la intensidad de la conducción.

“Es alucinante lo rápidos que son estos coches y la influencia aerodinámica que tienen. Lo que más me llamó la atención fue cuando levanté el pie del acelerador, es como si alguien hubiera tirado un ancla. Es como frenar fuerte en un coche de carretera. Y entonces pisas el freno y luchas por mantener la barbilla lejos del pecho. Disfruté tanto que me salté el pitlane y conseguí dar una vuelta extra”.

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