El día que Checo Pérez dejó el automovilismo mexicano para dar el salto a Europa
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Apenas tenía 13 años de edad, cuando Sergio Pérez ya pintaba como una figura al volante. Sin embargo, no le resultó nada fácil el poder alcanzar su sueño de brillar en el mundo del automovilismo a pesar de sus destacadas habilidades, pues también tuvo que sortear algunas situaciones extra pista que, en vez de perjudicarlo, lo empujaron e hicieron más fuerte.
Para ese entonces, Checo ya destacaba en el mundo del kartismo e iba a correr en el Autódromo Hermanos Rodríguez, en la preestelar de IndyCar a bordo de su go kart. Todo estaba listo para que arrancara la carrera, cuando sucedió algo inesperado, pues de manera increíble… ¡No lo dejaron competir!
“Era una carrera muy importante para mí, yo tenía la idea de que todos los equipos de IndyCar me iban a ver. Sin embargo, la Federación (Mexicana de Automovilismo Deportivo) me quitó mi permiso. Fue algo muy raro, ya sabes, todas estas historias que hay. En la carrera ya estaba listo para arrancar y quitaron mi coche. Yo ya no quería saber nada del automovilismo”, relata Checo Pérez, en el documental ‘Never Give Up’.
“Carlos Slim y Jimmy Morales se enteraron de todo. Mi papá me dijo que le había llamado Jimmy y que me iban a dar la oportunidad de correr en Skip Barber y que ya era yo el piloto, que la prueba era un proceso. Luego, me llamó Carlos Slim directo y me dijo que me querían mandar, que siguiéramos adelante y que iba a entrar al proyecto”, prosiguió el tapatío.
Y así fue, con todo el apoyo de Escudería Telmex, Checo Pérez comenzó una nueva aventura, pues dejó atrás el automovilismo mexicano para viajar a Europa y enrolarse a la Skip Barber Racing School y participar en la temporada de la Fórmula BMW Alemania, la cual sin duda es una parte muy importante de la historia del Checo Pérez que conocemos en la actualidad.
El jovencito viajó solo, a un país extraño, del que no conocía el idioma ni las costumbres, únicamente cobijado por su sueño de algún día llegar a ser piloto de la Fórmula 1.
No fue nada sencillo, pues en lo deportivo las cosas tampoco salían como las anhelaba. Sin embargo, todo era cuestión de tiempo y el esfuerzo comenzó a arrojar frutos muy pronto, fortaleciendo el carácter y la personalidad de un jovencito Checo Pérez que años más tarde brillaría en la F1.
“Al final, lo que más me enorgullece es que no solté la toalla y, si no hubiera llegado, lo que aprendí es incomparable a cualquier otra circunstancia”, afirma Checo Pérez.