El trofeo quebrado de Max Verstappen tras ganar el Gran Premio de Bélgica fue un giro inesperado en medio de la euforia y celebración de Red Bull Racing. La escudería austríaca logró un desempeño excepcional con un impresionante 1-2 en el circuito belga, liderado por el talento de Verstappen y el respaldo de Sergio ‘Checo’ Pérez. Sin embargo, la alegría momentánea se convirtió en una anécdota inolvidable cuando el trofeo del primer lugar sufrió daños colaterales.
Después de cruzar la línea de meta y asegurar su merecida victoria, Verstappen y su compañero Checo Pérez se unieron al tradicional festejo en el pitlane. La foto con los trofeos recién ganados es una costumbre para las escuderías de Fórmula 1, un momento en el que los equipos inmortalizan su éxito. Lamentablemente, este ritual de júbilo terminó en un desafortunado incidente cuando, durante la dispersión del grupo, el trofeo de Max Verstappen fue golpeado y se precipitó hacia el duro asfalto.
La historia curiosamente se repetía. La semana anterior, en el Gran Premio de Hungría, Lando Norris, piloto de McLaren, también había roto el trofeo de Verstappen en el podio mientras celebraba emocionado su segundo lugar. Aquella situación, en lugar de tensión o frustración, generó risas y camaradería entre los presentes, incluido el propio Verstappen, quien al ver el trofeo roto nuevamente, exclamó con humor: “¡Se ha roto otra vez, el trofeo se ha roto otra vez!”.
Marko protege los otros trofeos
El video del incidente muestra el gesto de Helmut Marko, asesor deportivo de Red Bull Racing, protegiendo los otros dos trofeos obtenidos, una imagen que refleja la importancia y el valor simbólico que tienen estos objetos para los equipos y pilotos.
Aunque la rotura del trofeo puede haber sido un momento de preocupación, la habilidad y talento demostrados por Verstappen y Checo son el verdadero motivo de celebración. La satisfacción de conseguir un 1-2 en Bélgica es un logro que quedará grabado en la memoria de todo el equipo Red Bull.