Pato O’Ward debía estar frente al hotel a las 8:15 de la mañana, en el primer día en que conduciría su bólido sobre la pista para la práctica de las 500 Millas de Indianápolis. Mediante un mensaje de texto, avisó que iba con 15 minutos de retraso pero trataría de llegar a tiempo a la pista.
Lo logró, desde luego. El piloto mexicano no iba a atravesar lentamente el centro de Indianápolis. Arrancó en un auto McLaren GT personalizado, negro mate y con el número 5, e hizo con los dedos la “v” de la victoria.
Recorrido único
“Chau, señorita”, dijo el afable y joven piloto mexicano de la IndyCar, quien destacó que le había rebajado nueve minutos al tiempo normal de traslado. Luego, emprendió un recorrido desenfadado hacia el Indianápolis Motor Speedway junto a The Associated Press para dirigirse al trabajo.
El auto fue sólo un préstamo —Arrow McLaren ha dispuesto que sus cuatro pilotos inscritos para la carrera del domingo recorran la ciudad en los McLaren personalizados. Y el trayecto aportó una historia más reveladora sobre por qué O’Ward se ha convertido en tal sensación para la serie IndyCar y para su escudería.
Tuvo un pésimo comienzo de temporada, en momentos en que buscaba una oportunidad de emigrar a la Fórmula 1 y sintió que su contrato no reflejaba su desempeño. Meditar demasiado las cosas estaba arruinando su desempeño, así que decidió enfocarse en su trabajo con McLaren.
Desde luego, obtuvo un nuevo contrato, que incluía un McLaren 720. Cuando su nuevo auto llegó a Indianápolis, pudo adivinar que no estaba bien, incluso desde antes que se le revelara. El conductor que hizo la entrega pensó que O’Ward estaba loco, así que el mexicano comenzó a descorrer el velo.
Evidentemente, la tonalidad de azul no era la adecuada. “Yo decía algo así como: ‘Mano, éste no es mi auto’ y él me decía que hace esto todos los días, y que no había forma de que no lo fuera, y yo le dije: ‘Te digo que no es ni siquiera el color correcto’”, recordó O’Ward.
El modelo también estaba equivocado
Así que O’Ward le llamó al jefe de McLaren Racing, Zak Brown, quien se rio a carcajadas. Él mismo había ordenado enviar el auto equivocado al piloto como una broma, para ver cómo reaccionaba.
La relación entre el jefe de la escudería y sus numerosos pilotos —McLaren compite en Fórmula 1, IndyCar, Fórmula E, Extreme E y esports— marca la pauta para toda la organización.
Arrow McLaren se define como un equipo divertido, con una presencia juvenil en las redes sociales. Y eso anima a O’Ward. Podría tener tres victorias en esta campaña. En vez de ello, ha ocupado tres veces el segundo sitio.
Una pelea hasta el final
Es frustrante, pero se ubica apenas seis puntos detrás del español Alex Palou, líder de la serie y ganador de la primera posición de salida para las 500 Millas de Indianápolis. O’Ward fue segundo en Indy el año pasado y arrancará quinto el domingo.
O’Ward está tan concentrado que a comienzos de este año decidió permanecer soltero. Sintió que una relación lo distraería.
“No quería dejar nada sobre la mesa”, explicó. “La meta es ganar el campeonato”.
Alexander Rossi se unió a Arrow McLaren este año, procedente de Andretti Autosport, donde su última temporada quedó empañada por algunas discordias. Sabía que O’Ward y Felix Rosenqvist tenían una relación muy estrecha en McLaren, pero no tenía idea de cómo se llevaría con el expresivo mexicano.
“No está loco, es muy divertido”, consideró Rossi. “Es más analítico de lo que le reconoce la gente. Y es un piloto completo. No es un chico que se sube al auto y sólo corre como loco a toda velocidad. Sabe lo que está haciendo”.
Pato sigue en ascenso
O’Ward finalizó cuarto y tercero en sus primeras dos temporadas con McLaren. El año pasado, se ubicó en un distante séptimo sitio, pero el campeón reinante Will Power ha visto un cambio en la forma en que O’Ward ha competido desde mediados de la temporada anterior.
“Él se está controlando más en las carreras, en lo que se refiere al desgaste de los neumáticos y el ahorro de combustible”, dijo Power. “Definitivamente está adoptando una postura en busca de conquistar el campeonato”.
O’Ward coincide, durante el recorrido hacia el autódromo. Habla con AP de su postura sobre un altercado ocurrido el mes pasado en la pista con Scott Dixon, seis veces monarca de la serie. Dixon, de 42 años, considera que O’Ward fue demasiado agresivo. El mexicano no lo lamenta y se niega a disculparse. A O’Ward le extraña tanto escándalo.
“Este tipo ha estado haciendo esto durante mucho tiempo”, comentó O’Ward. “No sé por qué se está comportando como un bebé”.