Los Bills de Buffalo apretaron el botón del pánico tras la increíble derrota el lunes en casa ante los Broncos de Denver, que les tiene con marca de 5-5, lejos de lo que esperaba uno de los máximos favoritos a ganar el Super Bowl previo a la temporada.
Como el entrenador Sean McDermott no puede despedirse a sí mismo, alguien tenía que ser el chivo expiatorio y fue el coordinador ofensivo, Ken Dorsey, quien fue despedido la mañana del martes, terminando con año y medio en el puesto, tras subir luego de que Brian Daboll fuera nombrado entrenador en jefe en los Giants.
Joe Barry, quien dirigiera la histórica ofensiva de Joe Burrow en LSU en 2019, será el encargado del ataque, que tras la Semana 10 es el tercero mejor en la métrica EPA y en yardas por jugada, además de octavo en porcentaje de series que termina en puntos. Lo que les ha matado es el cometer 18 pérdidas, segundos peores tras Cleveland. De hecho, considerando solo los primeros nueve encuentros, tenían mejores números que en 2022, aún cuando el coach McDermott ha sido mucho más conservador al ataque (más terrestre, limitando los acarreos de Josh Allen, jugando a un menor ritmo) para hacer ver mejor (o menos mal) a la defensiva, que este año coordina él tras la partida de Leslie Frazier.
Donde Buffalo debería estar más preocupado es en defensiva. Tienen lesiones clave en todas las líneas (Tre’Davious White, Matt Milano, DaQuan Jones) y se cayeron a pedazos desde la victoria en la Semana 4 ante los Dolphins, al ser la peor defensiva en eficiencia DVOA de la semana 5 a la 9. Solo llevan dos recuperaciones de balón en las últimas cinco semanas.
Los Bills están fuera de puestos de Playoffs ahora y tienen un calendario complejo: vs Jets, en Eagles, en Chiefs, vs Cowboys, en Chargers, vs Patriots y en Dolphins.