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La llegada de un veterano quarterback como Aaron Rodgers, proveniente de Green Bay, disparó las ilusiones de lo Jets para está temporada, hasta que se lesionó en su primer partido.
Rodgers sufrió una rotura en el tendón de Aquiles del pie izquierdo en la victoria 22 a 16 en contra de los Buffalo Bills durante el primer partido de los Jets en la temporada, que parecía que le costaría el resto de la temporada, pero el equipo todavía espera que se termine la recuperación milagrosa y pueda jugar.
El miércoles dieron un paso más para ello.
El coach Robert Saleh abrió la ventana de los 21 días para la vuelta del QB, esperando que Rodgers pueda recuperarse y pueda jugar en la recta final de la temporada, esperando que sea una motivación para los jugadores para salir de la mala racha en la que se encuentran.
A los Jets solo le quedan seis juegos de temporada regular, empezando por su juego del próximo domingo ante Atlanta, estando obligados a ganar si quieren aspirar a entrar a los playoffs de conferencia, lo que sería clave para el regreso de Rodgers, ya que el mariscal dijo que todo depende de la salud y de que el equipo siga con opciones de avanzar a la postemporada.
Los Jets se desplomaron al mandó de Zach Willson, ganando solo dos de sus últimos 6 encuentros, navegando en la AFC Este con un 4-7, lejos de los puestos de Playoffs.
La paciencia de los Jets se acabó y despidieron al novato Wilson el pasado 20 de noviembre, optando por un desconocido jugador como Tim Boyle que solo ha jugado tres partidos en toda su carrera en la NFL, esperando pueda solucionar los problemas en la ofensiva.
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