El pasado jueves, los aficionados de los Bengals de Cincinnati contuvieron el aliento cuando su quarterback estrella, Joe Burrow, tuvo que abandonar la práctica debido a una preocupante lesión sin contacto. Los reportes posteriores confirmaron que Burrow sufrió una distensión en la pantorrilla derecha, una lesión que podría mantenerlo fuera del terreno de juego durante varias semanas.
Burrow, quien fue el primer pick del equipo en el draft del 2020, estaba expectante por participar en su primer campamento de entrenamiento. En el presente año, Burrow se mostró en excelente estado físico y tenía la esperanza de jugar algunos partidos de pretemporada para continuar su progresión como líder del equipo.
Desafortunadamente, las lesiones han sido una constante en la carrera temprana de Burrow en la NFL. En 2021, durante el primer día del campamento, sufrió de apendicitis, lo que afectó su participación en los entrenamientos. Aunado a eso, en el 2022, estuvo en rehabilitación debido a una cirugía de rodilla que había tenido en diciembre anterior. Estas situaciones han interrumpido su desarrollo y lo han mantenido fuera de los campos en momentos clave.
¿Problemas para el nuevo contrato?
La lesión actual llega en un momento delicado para Joe Burrow, ya que se encuentra en medio de negociaciones contractuales con los Bengals. El mariscal de campo aspira a convertirse en uno de los jugadores mejor pagados de la NFL, y su rendimiento en el campo es un factor crucial en estas discusiones. La incertidumbre sobre su recuperación y la posibilidad de perderse varias semanas de la temporada regular podrían tener un impacto en las negociaciones.
El entrenador en jefe de los Bengals, Zac Taylor, ha confirmado que Burrow estará fuera por un tiempo significativo, lo que plantea interrogantes sobre quién ocupará su lugar en la alineación. Durante la práctica del viernes, Jake Browning y Trevor Siemian tomaron el papel de Burrow, pero la ausencia del quarterback titular sin duda se sentirá en el equipo.