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La temporada 2023 se está convirtiendo en una pesadilla para los Minnesota Vikings. Un año después del sorpresivo e imposible de repetir 13-4, que incluyó 11 victorias por una posesión, el equipo llega a la Semana 6 con marca de 1-4 y van a estar sin su mejor jugador por un mes.
Justin Jefferson sufrió una lesión en el tendón de la corva el domingo ante los Chiefs y el miércoles, los Vikings lo pusieron en la reserva de lesionados, por lo que se perderá por lo menos los siguientes cuatro partidos de Minnesota.
K.J. Osborn (13-166-2) y el novato Jordan Addison (19-249-3) serían los receptores que tendría a su disposición Kirk Cousins, además del ala cerrada T.J. Hockenson (30-254-2), para los siguientes cuatro partidos. No son malas opciones, pero hay un efecto dominó ya que los rivales ya no tendrían que enfocarse tanto en Jefferson y así poder cubrir a los otros jugadores.
Minnesota se medirá a Bears, 49ers, Packers y Falcons sin Jefferson. Si su situación ya era precaria de por sí, se complica todavía más. Desde el 2002, año que la NFL aumentó a 32 equipos, solo 9 de 122 equipos que iniciaron 1-4 llegaron a los Playoffs: 8%.
La ausencia de Jefferson hace a los Vikings replantearse las cosas. En concreto, el qué hacer esta temporada, ya que el equipo lleva par de años con el agua al cuello en el tema del tope salarial, han perdido talento y la lesión de su receptor estrella complica las pocas opciones de llegar a los Playoffs.
Jefferson volvería hasta noviembre, o quizá más tarde si deciden no apurar su regreso si los resultados son adversos. De por sí el receptor regresaría hasta después de la fecha límite de cambios, eso podría incentivar a que se desprendan de algunos veteranos que no entran en planes a mediano plazo y ‘hacer caja’ con selecciones o jugadores más jóvenes pensando en una reconstrucción. Hay rumores de que Kirk Cousins podría salir, al estar en su último año de contrato.
Jefferson, quien había jugado todos los partidos desde que fue elegido en la primeraronda del Draft del 2020, era el segundo mejor en la liga con 571 yardas por recepción, solo por detrás de Tyreek Hill y Puka Nacua, continuando el mejor inicio de una carrera para un receptor en la historia de la NFL, ya que en sus primeros 50 partidos tuvo 4,825 yardas, rompiendo el anterior récord de Odell Beckham Jr. (4,695).