La extensa lista de pendientes de los Cowboys: Dak, McCarthy, Parsons…

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Los Dallas Cowboys resolvieron su pendiente más urgente el lunes, al acordar una extensión de contrato con CeeDee Lamb, que le convertirá en el segundo receptor mejor pagado de la NFL.

El equipo de la estrella solitaria tiene así resuelto el problema más urgente, ya que Lamb no participó en el campo de entrenamiento ni en los partidos de pretemporada, pero ahora estaría listo para la Semana 1. El tema es que es apenas la punta del iceberg de los pendientes de los Cowboys.

Dallas está en una encrucijada, porque no han renovado a su quarterback, Dak Prescott, ni a su entrenador, Mike McCarthy. Es habitual en Jerry Jones el esperar lo más que pueda (vean lo que pasó con Lamb y con el propio mariscal en 2020, cuando se fracturó el tobillo), pero el no tener asegurado al jugador más importante y al director de la orquesta no es la mejor de las señales.

La temporada 2024 parece que será la audición final para ambos. Dallas ha ganado 12 partidos cada una de las últimas tres temporadas, pero son el único equipo en la historia de la NFL que acumula tres años con una docena de victorias y ni siquiera se plantó en la final de conferencia en una ocasión.

También hay un tema a resolver del lado defensivo. Micah Parsons ya es elegible para una renovación de contrato, por más que técnicamente tiene dos años más en su acuerdo de novato. Tampoco va a ser barato y no sería extraño que rompa la marca de Nick Bosa, de 34 millones de dólares anuales.

Cada semana que pasa, a los Cowboys les podría salir más caro. Les sucedió con CeeDee Lamb, que esperaron y vieron como otros receptores firmaron, el mercado cambió y les costó algunos millones más. No pueden darse el lujo de tardar porque les saldrá caro, pero ya hemos visto que Jerry Jones no tiene prisa.

Si se hacen buenos los pronósticos que de que el nuevo contrato de Dak podría alcanzar los 60 millones por año, los 35 o más para Micah y los 34 de CeeDee, estamos hablando que entre ellos tres costarían un 40% del tope salarial (en 2024 es de 255.5 millones, pero va aumentando cada año). Eso significa que no habría dinero para más posiciones, como ya vimos esta primavera, en que se fueron cinco jugadores de rol en defensiva (Dorance Armstrong Jr., Stephon Gilmore, Dante Fowler, Johnathan Hankins y Jayron Kearse) y tres titulares de la ofensiva (Tyler Biadasz, Tony Pollard, Tyron Smith).

A menos que sigan atinando en el Draft, va a ser difícil que no haya otra fuga de talentos. Y si el equipo no llegó a la final de conferencia (ya no digamos al Super Bowl), cuando Dak costaba menos de 1 millón anual, luce difícil que lo haga ahora que cuesta más de 40 (o 60 en el futuro a mediano plazo). Quizá todo esto sea problema para otro entrenador.

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