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Marzo del 2022. Cansados de fallar de todas las maneras posibles en encontrar el sucesor de Peyton Manning, los Broncos de Denver hicieron un cambio con los Seahawks por Russell Wilson, buscando seguir los pasos de los Bucs de Tom Brady y los Rams de Matthew Stafford como los siguientes campeones con un QB veterano adquirido vía cambio. Una decisión entendible tras pasar por Trevor Siemian, Paxton Lynch, Brock Osweiler, Case Keenum, Joe Flacco, Drew Lock, Brandon Allen, Jeff Driskel, Brett Rypien y Teddy Bridgewater. Querían soluciones y Wilson había sido candidato al MVP a mitad del 2020.
Menos de 20 meses después, la decisión es una calamidad y que no tiene solución inmediata. El equipo no está en el purgatorio: está en alguno de los círculos del infierno.
Lo malo: los Broncos vivieron un calvario en 2022, acabando 5-12, con Nathaniel Hackett siendo apenas el quinto coach que no termina su primer año, desperdiciando una defensiva top porque Wilson tuvo su peor año en la NFL. Llegó Sean Payton para 2023, quien no era su primera o segunda opción, pero debería ser alguien que mejorara la ofensiva. Hasta cierto punto funcionó, pero la mejora del ataque no fue suficiente para compensar que la defensiva se cayó a pedazos, literalmente la peor en la historia tras cinco partidos.
El jueves tuvieron un partido decente en Kansas City, pero la ofensiva luce peor con el paso de las semanas. Llevan 6 entregas en los últimos dos partidos y están con marca de 1-5, una sentencia de muerte porque desde 1970, solo tres equipos han llegado a Playoffs tras tener solo una victoria en sus primeros seis juegos.
Lo peor: no hay forma de solucionar esto a corto plazo. Hacer algo en este 2023 es grado menos que imposible y Denver hizo algo que le está cobrando factura: el dar una extensión de contrato a Russell Wilson a pesar de que el QB tenía dos años de su acuerdo último en Seattle. En lugar de poder salirse ‘gratis’ del contrato al finalizar esta temporada, están vinculados hasta el 2028, cuando Russ tendrá 40 años. Y si esta versión es la que es, ni me imagino cómo estará el QB un lustro más adelante en el camino.
Dejando a un lado el nivel paupérrimo de Russ, los golpes contra el tope salarial hacen grado menos que imposible mover el contrato, porque Denver hizo triquiñuelas con el contraro pensando en contender pronto. Wilson todavía es barato este año y el que sigue, pero aumentaron los salarios a partir del 2024. De pagarle 2 millones en 2022 y 8 este año, serán 17 el próximo y luego 37, 40, 44 y 50 por un QB que está fuera de los mejores 20 de la liga en este momento. Ese dinero se lo van a tener que pagar eventualmente, no hay vuelta que darle. Cortarle costaría 85 millones para el próximo año, pero tienen que decidir antes del 5 de marzo porque, si sigue en ese entonces, se garantizan 37 millones para el 2025. Elige tu veneno.
Si lo dejan ir, el impacto puede variar en las cuentas dependiendo de las fechas, pero como mínimo tendrán una sexta parte del tope salarial (Over The Cap lo pronostica en 240 millones para 2024) en un jugador que ya no estaría en el equipo. La otra alternativa es seguir con un QB en clara decadencia. Efectivamente, esto es un infierno.
Lo único bueno para los Broncos es que tienen su selección del Draft de 2024. Ya no le deben picks a los Seahawks y se viene una generación de quarterbacks bien valorada, encabezada por Caleb Williams y Drake Maye. Elegir un mariscal novato ayuda con las cuentas porque tienes producción en la posición más importante a una fracción de lo que cuesta un mariscal franquicia. Si uno piensa en 35 millones de Russ y unos 10 por el elegido, son unos 41 millones, no tan fuera de proporción de lo que se le paga a los veteranos top de la posición. Los quarterbacks novatos rara vez llegan a Playoffs, así que tiras la toalla para 2024 y en 2025 habrías cruzado el desierto, aunque no es lo ideal dejar un joven pasador desprotegido a su suerte; pregúntenle a Bryce Young.
Con todo, los Broncos están en problemas. Siguen con la segunda mayor seguía de Playoffs de la liga y no se ve que es cambie a corto plazo, y quizá ni a mediano si Wilson sigue. Y peor si por ahí ganan algunos partidos más este año y se quedan lejos de la parte alta del Draft. Esto es un infierno.