No fue un día cómodo para Patrick Mahomes ni para Taylor Swift, quien hizo acto de presencia en los palcos del Metlife Stadium. A pesar del par de intercepciones sufridas por el QB de los Chiefs una gran labor de su defensiva y un gol de campo de Harrison Butker en el último cuarto le dio forma al ajustado triunfo por 23-20 de Kansas City sobre los Jets de Nueva York en la Semana 4 de la NFL.
Patrick Mahomes y Kansas City se sacudieron una actuación por debajo de su nivel en la que desperdiciaron una ventaja de 17 puntos. Mahomes fue interceptado un par de veces y batalló para hacer funcionar su ofensiva después de un rápido inicio con la súper estrella del pop observando a Travis Kelce y a los Chiefs por segundo partido consecutivo.
Después de que los Chiefs (3-1) retomaron la ventaja con un gol de campo de 26 yardas de Harrison Butker con 10:51 minutos por jugar en el partido, Zach Wilson cometió su primer error grande cuando perdió un balón al no controlar un centro. Tershawn Wharton recuperó el ovoide y Mahomes y la ofensiva de los Chiefs lo detuvieron en la yarda 47 de los Jets.
Michael Carter II interceptó a Mahomes en tercera y 20 desde la yarda 40 de los Jets, pero la jugada fue revertida por un castigo que le marcaron a Sauce Gardner. En la repetición se observa una marcación dudosa, que causó la molestia del coach de los Jets, Robert Saleh, quien despotricó en gritos hacia uno de los oficiales.
Mahomes, quien logró un acarreo de 24 yardas en tercera y 22 por avanzar para extender una serie ofensiva, corrió 11 yardas para otra tercera oportunidad, dejando el balón en la yarda dos de los Jets, sellando la victoria.
Momentos después, un todavía molesto Saleh recibió un castigo por conducta antideportiva, y el reloj llegó a ceros, para una derrota amarga para los Jets (1-3).
Aaron Rodgers regresó con el equipo después de lesionarse en el primer juego de la temporada al sufrir la ruptura del tendón de Aquiles, y estuvo un rato en el campo para apoyar a sus compañeros, asistido para caminar con unas muletas y después subió palco del dueño Woody Johnson para ver el partido.