El público hace que los jueces cambien una decisión en la final de la barra fija en la gimnasia varonil de Atenas 2004

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Alexei Nemov y la injusticia que vivió en Atenas 2004. | AP

Un día verdaderamente histórico fue el que se vivió en la gimnasia varonil de los Juegos Olímpicos Atenas 2004. Sucedió mientras se disputaba la final de la barra fija, teniendo como protagonista principal al gimnasta ruso Alexei Nemov, así como al público asistente, que provocó un cambio de calificación en los jueces para el atleta y una posterior modificación en el sistema de puntuación.

El gimnasta ruso llegaba como una de las celebridades a la justa. Ya en la etapa final de su carrera, es verdad, pero con doce medallas olímpicas a cuestas: Cuatro de oro, dos de plata y seis bronces, conseguidas en Atlanta 96 y Sydney 2000, por lo que su presencia en el Pabellón Olímpico era por demás llamativa y con una gran expectativa, ante la incógnita de saber si volvería al podio.

Hay que destacar que Nemov tenía el respaldo total del público, lo que se comprobó y quedó de manifiesto después de su gran evolución en la barra fija, la cual rozó la perfección. Sin embargo, los jueces no lo vieron así y le castigaron con una calificación muy lejana a sus aspiraciones, incluso para poder colgarse el bronce, al asignarle un 9.725 de puntuación que lo relegaba hasta el séptimo lugar.

La afición estalló en protestas, recriminándoles a los jueces por su evidente error en la calificación, uno más de los varios que ensombrecieron la justa olímpica, pero que en esta ocasión provocó seis minutos de abucheos y descontento desde la grada, pues los presentes mostraron su inconformidad como nunca había sucedido.

Los jueces no sabían qué hacer, se miraban unos a otros, e incluso el siguiente gimnasta en salir a la barra (Paul Hamm) no pudo iniciar con su rutina ante el reclamo, mientras que a Nemov se le veía incrédulo y triste, sentado en una silla, tragándose el coraje de un mal puntaje, pero a la vez agradecido con el público, quien no dejaba de apoyarlo.

Ante esta situación, sucedió algo increíble, los jueces decidieron cambiar y elevar la calificación del ruso, pasando del 9.725 a 9.762, unas cuantas décimas que resultaron inútiles para las aspiraciones del atleta, quien sólo mejoró dos lugares para finalizar quinto.

Eso sí, en un gesto muy deportivo, Nemov le agradeció su respaldo al público y le pidió que se calmara para que Hamm pudiera hacer su rutina, mostrando un gran respeto a su rival, quien no tuvo la mejor presentación, pero sí fue calificado mejor que Nemov con un 9.812, con lo que vino una nueva protesta.

Al final, el oro fue para el italiano Igor Cassina, con lo que los presentes se calmaron un poco, quedando para la historia la bochornosa actuación de los jueces, un Nemov sin medalla, pero tras lo acontecido se tuvo que cambiar el sistema de puntuación.

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