¿Error humano o técnico? El segundo más largo y doloroso de la historia que le arrebató el podio a la esgrimista Shin A-Lam
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Los Juegos Olímpicos están llenos de grandes sucesos y la edición de Londres 2012 no fue la excepción, ya que proporcionó momentos memorables como el récord histórico de medallas de Michael Phelps; algunas leyendas como él se retiraban, otras figuras nacían, grandes equipos se confirmaban como potencias pero, también sucedió uno de los episodios más tristes.
La noche del 30 de julio, el ExCel Centre fue testigo de este capítulo que se dio en la esgrima femenil, la semifinal de espada se disputaba entre la surcoreana Shin A-Lam y la vigente campeona olímpica, la alemana Britta Heidemann, quienes mantenían un encuentro muy equilibrado llegando empatadas con cinco golpes en el último segundo.
Este empate favorecía a la surcoreana, pero en el último segundo que duró bastante, quizá el más largo de toda la historia, Heidemann aprovechó y consiguió su sexto golpe para convertirla en la finalista.
Atónita, así quedó Shin, pero no solo ella, sino todo su equipo, todos los presentes y seguramente los espectadores que desde casa vieron que se había producido un fallo técnico o humano en el cronómetro que se detuvo, o la persona encargada no lo hizo a tiempo, o simplemente falló la mecánica del reloj.
De inmediato, el equipo surcoreano realizó la correspondiente reclamación en la que tuvieron que depositar dinero, un procedimiento normal en las competiciones pero un poco fuera de lugar por ser una competencia olímpica.
La decisión final llevó mucho tiempo en el que, el público abucheaba indignado la decisión de los jueces mientras que Shin A-Lam rompió en llanto mostrando una de las imágenes más dolorosas de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Sentada y sin abandonar la tarima donde se disputaban los enfrentamientos se echó a llorar por unos 25 minutos, casi tan largos como el segundo que le arrebató el estar en la final. Pero la decisión ya estaba tomada, los jueces no echaron vuelta atrás y no admitieron lo evidente así que Heidemann pasó a la final.
Como protesta la surcoreana decidió seguir sentada y no abandonar el reciento, ya que si lo hacia aceptaría la derrota y el error. Entre la larga de liberación arbitral y la protesta de la esgrimista los tiempos se alargaron, nuevamente como el segundo final, de tal manera que se retrasó todo el calendario, incluidos los encuentros por el oro y el bronce.
Finalmente, después de 70 minutos la surcoreana se retiró y continuaron las acciones. Shin regresó para disputar el duelo por el bronce pero se fue de Londres sin medalla ya que cayó por 11-15 ante la china Yujie Sun, mientras que la ucraniana Yana Shemyakina venció a Heidemann por 9-8 en la final y se llevó el oro.
La Federación Internacional de Esgrima decidió cederle una “medalla especial”, en reconocimiento a su aspiración de ganar y respetar las reglas. Sin embargo, ella rechazaría la que sería llamada la “medalla de la vergüenza”.