Gabriela Andersen-Schiees y su dramático maratón en Los Angeles 1984: Una atleta con corazón de acero

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La dramática maratón de Gabriela Andersen-Schiees en los Angeles 84. | AP

Los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984 dejaron una de las postales más recordadas en la historia de la justa, con una Gabriela Andersen-Schiees desfalleciendo hasta lograr cruzar la meta en el que fue el primer maratón femenil de la competencia.

La atleta suiza se quedó muy lejos de subir al podio. De hecho, finalizó la competencia en el lugar número 37 de 44 participantes. Sin embargo, esto no impidió que se convirtiera en la más aplaudida de todas, a pesar de cronometrar un tiempo de 2h48’45”.

Su imagen al ingresar al Memorial Coliseum de Los Angeles está ahí, como una de las más memorables por la valentía y decisión que mostró para terminar la prueba, a pesar de que las fuerzas la abandonaban, pero su alma de guerrera no dejaba de impulsar sus piernas tambaleantes sobre la pista de tartán para alcanzar el objetivo.

Las altas temperaturas que se presentaron durante la maratón ya habían hecho mella en su humanidad. Un descuido, al pasarse de largo el último puesto de agua, le impidió hidratarse un poco para e final, además de verse sorprendida por un calambre en la pierna izquierda que complicó aún más la situación.

Pero Gabriela Andersen-Schiees no estaba decidida a darse por vencida y sacando fuerzas del corazón siguió su andar, con los brazos colgados y hasta la mirada un tanto desorientada, recorrió la pista en 5 minutos y 44 segundos para sellar la vuelta final entre la admiración del público, quien le reconoció su esfuerzo sobrehumano.

Por un momento, los médicos en turno estuvieron cerca de asistirla, pero no lo permitió para evitar ser descalificada. Los siguientes pasos estuvieron cargados de dramatismo, desplomándose al cruzar la meta del trayecto de 42 kilómetros y 195 metros, pero con la misión cumplida.

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