Kerri Strug, la gimnasta que le dio el oro por equipos a Estados Unidos con dos ligamentos del tobillo destrozados

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Una de las páginas de gloria que han marcado la historia de los Juegos Olímpicos es precisamente la que escribió la gimnasta estadounidense, Kerri Strug, en Atlanta 1996, donde a pesar de realizar un ejercicio con dos ligamentos rotos en el tobillo, terminó por darle la medalla de oro a su equipo.

Strug venía de vivir su primera experiencia en la justa veraniega en Barcelona 1992, donde a sus 14 años supo lo que es colgarse una medalla olímpica, al ganar el bronce en la competición por equipos.

Sin embargo, la prueba más dura de su vida deportiva estaría por llegar en casa, cuando en Atlanta 1996, las gimnastas estadounidenses tenían la misión y la ilusión de derrotar al poderoso equipo soviético, ganador de la medalla de oro… ¡En las nueve ocasiones anteriores!

Fue así, que ‘Las Siete Magníficas’, como se le conocía al equipo de gimnasia estadounidense, fue sumando puntos en las distintas pruebas para posicionarse en el primer lugar de la competencia, llegando a la rotación final con una ventaja de 0.897 puntos, con uno de los aparatos por delante: El salto de caballo.

Las gimnastas estadounidenses nunca habían ganado la competición por equipos, y ese 23 de julio de 1996 estaban muy cerca de conseguirlo, pues sólo una tragedia podría bajarlas de lo más alto del podio.

A pesar de ya haber saltado cuatro de sus atletas, el equipo de las barras y las estrellas aún no aseguraba el triunfo y todo empeoró cuando la jovencita de 14 años, Demonique Moceanu, cayó en sus dos intentos.

La tragedia rondaba a las estadounidenses, recayendo toda la presión en Kerri Strug, pues sus dos saltos marcarían la diferencia, entre bañarse de oro o tener que conformarse con la plata en casa.

El primer salto fue un desastre, al aterrizar de mala manera, provocándose una lesión en el tobillo que la puso en duda para el segundo intento. El dolor era inmenso, al grado de dar la impresión de que todo había terminado. Pero, para sorpresa de todos, esto no fue así.

Había que hacer un salto más, sin importar el dolor y el tobillo lesionado. Fue entonces que Kerri caminó cojeando, tomó posición y se catapultó, realizando una gran maniobra y un buen aterrizaje, haciendo explotar a la afición y levantando los brazos en señal de triunfo, un triunfo que confirmó el primer oro en gimnasia por equipos de la historia para los Estados Unidos en unos Juegos Olímpicos.

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