La increíble hazaña de Stephen Akhwari en el maratón de México 1968: De una aparatosa caída a finalizar la carrera

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Poco menos de una cuarta parte de los participantes en el maratón masculino de los Juegos Olímpicos de la Ciudad de México 1968 no lograron terminar.
Akhwari es recordado por su gran hazaña | IOC

Los Juegos Olímpicos ofrecen historias memorables que nacen de la perseverancia y la resiliencia de algunos atletas que logran dejar marcados a todos los aficionados que siguen el deporte. Uno de esos momentos ocurrió en México 1968 con el fondista de Tanzania, Stephen Akhwari.

La altura de la Ciudad de México con 2,240 metros sobre el nivel del mar, ya de por sí antepone un lastre muy difícil de superar y si le agregamos que el maratón olímpico recorre 42,195 kilómetros, se vuelve algo casi inhumano.

Fue así que el corredor de Tanzania llegaba como el campeón africano y con una determinación de lograr grandes cosas, sin embargo, el solo hecho de finalizar la competencia ya sería algo que dejaba marcada aquella justa veraniega.

Akhwari tuvo una aparatosa caída en la que se lastimó gravemente la rodilla, los hombros e incluso la cabeza mientras restaban más de 20 km por recorrer en la prueba.

Además, se le presentaron otros problemas durante el proceso y le costaba respirar de manera correcta por la falta de oxígeno, sin embargo, eso no fue impedimento para que continuara corriendo aunque, finalmente, llegó un momento en el que las piernas ya no le respondían.

El ganador de aquella competencia fue Mamo Wolde de Etiopía, mientras, Akhwari cojeaba cuando se aproximaba al Estadio Olímpico. Incluso, la entrega de medallas ya se había realizado cuando el atleta por fin vislumbraba la cercanía de la meta.

Fue entonces cuando la gente lo ovacionó y eso lo motivó a correr de nuevo aún con la grave lesión en la rodilla para concluir los últimos metros y finalizar la carrera en una forma heroica.

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